1-¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta del periodismo deportivo actual en la Argentina?

Siempre hago una aclaración. Yo le tengo mucho respeto a la cuestión periodística, porque yo no estudié periodismo y me encuentro en un lugar en el que me acerco a cuestiones de periodistas. Pero me expreso más como un ex futbolista que está en un medio, y que desde ese lugar intenta decir que pasan cosas. La otra aclaración es que como estoy en un medio de comunicación, siempre trato de mirar a muchas de esas personas que yo consideré periodistas y que ocupan un lugar en mi corazón. Uno de ellos es Bonadeo padre (Diego). Desde ese lugar me impongo mantener una línea y un camino. Entonces ahí viene lo que más me gusta en el periodismo deportivo: el desafío de poder encaminar o acercar algo de lo que hago hacia esos tipos que he admirado. Y lo que no me gusta: que haya un corporativismo terrible en relación a la monopolización; ese lugar en el cual se han instalado y por el que si no estás con ellos, no existís. Tampoco me gusta la hipocresía. Y que los mismos tipos del monopolio te hablan del poder. Es increíble pero es así. No me gusta que vendan pomada hemorroidal y cualquier otra cosa. Han dejado de cobrar por ser periodistas. Se les paga muy bien no sólo para ser voceros del monopolio y el negocio, sino además para vender lo que no tienen que vender. Y lo que menos me gusta es que se entregaron sin ningún tipo de pelea a invertir la premisa desde el lugar en el cual el periodismo se puede meter en un medio. Informar para formar y muy lejos entretener. La invirtieron. Son personas que entretienen y desde ese triste lugar informan lo que conviene y han dejado de formar.

2-¿Cómo vivís la experiencia de desarrollar tu blog Futbol Ruso?

Para mi el blog fue un desafío. Cuando lo empecé no sabía manejar una computadora. Podía entrar en algunos lados pero no entendía nada. Siempre hago la misma broma: movía el Mouse y la flecha me la devolvía un vecino. Hoy tengo y manejo una laptop. Me grabo y luego me edita mi amigo y socio Pato. A él le envío por mail el audio de lo grabado y el se encarga de editar los tiempos de respiración, musicalizar, y luego lo sube al servidor de Clarín. Hoy me muevo con mucho más criterio y feliz. Si quiero, a las dos de la mañana me encierro en una pieza, grabo algo y se lo mando en ese mismo momento. O lo escucho luego, lo regrabo y se lo envío. Es decir, me da una libertad fabulosa. Para moverme y sentirme. Por otro lado, la experiencia blog hoy es muy enriquecedora porque encontré un lugar que quizá en otro medio no hubiese encontrado. Y hay respuesta de un público que es única y que no sabes si está o no en la radio, porque hay un tipo que me escribe desde Marruecos, que me dice que me escuchaba en la Heavy Rock n Pop; y otro que me escribe desde Suecia, Dinamarca o Canadá.

3-¿Cómo analizas al blog en el concierto de los medios de comunicación?

Yo creo que el blog tiene dos o tres cosas fundamentales. La primera es que representa el "hágalo usted mismo", y está al alcance de todos. La segunda es que ayuda ese "hágalo usted mismo" a que se vaya depurando la diferencia entre los que realmente tienen ganas de usar esto para comunicarse; y quienes usan estas herramientas únicamente para ser provocadores. El tercer punto es que a través de los provocadores el blog te sirve para entender la exposición que genera la comunicación. Y la cuarta fundamental es que, aún en el hecho de la impunidad que da el anonimato, porque yo sí me presento como Ruso Verea, pero hay otros que participan en el blog que no se presentan, me obliga a tamizar y diferenciar entre quien tiene buena leche y quien tiene mala leche. Y eso me lleva a desarrollar un trabajo de pensamiento y entendimiento que me ayuda a crecer. Tipos que mandan cosas que son provocadoras pero que sirven, y otros que son definitivamente provocadores al pedo, o impunes por la posibilidad que ofrece este medio. Y una de las cosas que más me divierte es que la gente que pide a gritos libertad es la misma gente que habla de anarquía en la red, pero no actúa de la misma manera en sus propias vidas y exigen todo el tiempo en vos que seas el "Bakunin" de esto.

4-¿Por qué crees que muchos jóvenes quieren ser periodistas deportivos? ¿Te sentís un referente para ellos?

Yo no sé si me puedo sentir un referente. A mi me invitan a charlar en escuelas de periodismo y lo primero que hago es decirles que parto desde el respeto hacia ellos que desde lo vocacional se están preparando. Se los digo en doble sentido porque algunos no tienen ni la vocación, pero pueden reflejar en el periodismo esa cosa de convertirte rápidamente en una de las caras que vemos en el avance mediático y zafar. Y son los que quieren zafar aquellos que luego tal vez consiguen el espacio, pero hacen cosas que definitivamente no están ligadas al periodismo. Creo que es importante señalar que hay un montón de trampas en esto; porque si a vos te enseñan a escribir para Olé, para Página 12 o para el suplemento deportivo de Clarín, definitivamente no te están enseñando. Te formatean para que seas un cobayo más, entre todos los demás. Entonces es muy tramposo, porque si te dicen que tenés que escribir como un hincha, es más importante Di Zeo que Jauretche. Si a vos te dicen, tenés que ser un provocador, o tenés que hacerte el hincha, es más importante saber quién es El Bebote que Panzeri. Esa es la trampa detestable. ¿Y por qué tantos quieren ser periodistas deportivos? Porque el fútbol ha crecido como negocio, porque en este mundo en el que el entretenimiento adquiere una importancia suprema, para que las masas anestesiadas o los imbéciles adormecidos vayamos uno detrás del otro en una especie de cinta transportadora, como en The Wall, hacia la picadora de carne. Y a partir de eso, el fútbol empezó a repartir un dinero que no repartían otras actividades; y la verdad es que en la vida la gran mayoría de la gente se la quiere ganar fácil. Entonces ven un vínculo con eso, después se golpean, trastabillan y se dan cuenta que no es tan fácil, pero el sueño de ser Fantino, Liberman, Recondo o Niembro, lo tienen. Lo único que le puedo decir a todos, desde mi mayor humildad, es que se preparen. Cuando me animé a salir al aire fue porque sentía que podía hablar de rock. Y cuando me di cuenta de que necesitaba más, no dejé de leer, preguntar, de escuchar y tratar de incorporar. Nunca olvidaré a un operador que me dijo; si no tenés nada bueno para decir, poné música. Si esas cosas te golpean la cabeza, llevarlas a la práctica no está mal.

5 -¿Qué características valoras en un periodista? ¿Y cuáles son tus referentes?

Hay muchas cosas que explotan en uno para que un tipo te parezca un buen periodista. Como se maneja con los compromisos, la manera atractiva de comunicar, lo entrador que pueda ser, la información que maneja, como la tamiza. Y detrás de todo eso, como la presenta para que vos lo entiendas de la mejor manera posible. Y la actitud que tenga. La actitud hacia el compromiso para mí es fundamental. Esto es algo que yo siempre marco en el rock. Yo no creo en el rock pelotudo o absolutamente flagelado por el negocio. Hay mucha gente con una actitud diferente. Y eso se puede emparentar con el periodismo y con los tipos que se comprometen. En relación a mis referentes; el viejo Bonadeo genera una fascinación muy grande sobre mí. Pero tiene que ver con un traslado. Mi viejo me sentaba en frente del televisor en blanco y negro y me decía: mirá a este tipo que es uno de los pocos que dice algo en serio. De Panzeri leí mucho pero lo ví poco. Los tipos como Ardizzone, por ejemplo, a quien tuve la suerte de conocer, tenía toda esa cosa del barrio, de la esquina, pero fundamentalmente tenía esa sabiduría de hacerte entender que aún con barrio y con esquina un periodista podía ser muy serio, buceador y buscador. Y te contaba los partidos como un cuento. Y eso también lo admiro mucho. Haber tenido la suerte de trabajar con Lanata me explotó en millones de partículas la cabeza. Porque yo arranco en Rompecabezas con Zlotogwiazda, Lejtman, Polimeni y Lanata. Yo era el quinto. En ese momento, yo venía de jugar al fútbol, de vender discos, de hacer dos años de derecho y terminar la secundaria como perito mercantil. Además era un enfermo del rock, del blues y del rock pesado. Y de repente me encontraba a las 6 de la mañana con esa gente y yo con dos horas y media de sueño, porque mi programa terminaba a las tres y media. Entonces me tenía que vincular si o si con el periodismo. Y de ahí en más encausé mi compromiso con un montón de cosas. Y eso llevó a que tome decisiones como las que tomé: me he ido de un montón de lugares y dije que no a otras tantas cosas. Por supuesto, algunas decisiones fueron más o menos acertadas. Pero todo eso me fue llevando. Y por ese lado se generan mis referencias.

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