ENTREVISTA A JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ
"El periodismo era mi esposa y la literatura mi amante"

Jorge Fernández DiazPor: Sebastián Di Domenica. Es periodista y escritor. En la actualidad es el director de la revista ADN Cultura del Diario La Nación y acaba de aparecer su último libro "La Logia de Cádiz", una novela de aventuras sobre el General José de San Martín. En el periodismo ha desarrollado una extensa y destacada carrera: fue cronista policial, periodista de investigación, analista político, jefe de redacción de diarios y director de revistas (ocupó ese cargo en la Revista Noticias). En los últimos años se ha consagrado como un escritor que obtiene el reconocimiento de la crítica y del público, y que se ubica entre los primeros del ránking de ventas. En esta nota cuenta que a los 13 años ya había decidido ser escritor, mucho antes de lanzarse a la tarea periodística que comenzó a ejercer a los 19: "Ambas son pasiones arrebatadoras y ambas tiranizaron mi vida".  Además, en las líneas que siguen habla de sus grandes momentos en lo profesional, de la tarea de periodista y de escritor, de la edición de ADN, de su último libro y hasta de las posibilidades de cambiar el mundo.

1-¿Qué aspectos de interés o fascinación lo llevaron a escribir un nuevo libro sobre el General San Martín?

Quería escribir una novela de aventuras. Alguien nos robó la épica. Es un género que los argentinos no practicamos. Nuestros héroes están tan cristalizados que son inofensivos. En la vieja Colección Robin Hood yo leía libros de aventuras con héroes universales. Busqué siempre un héroe argentino pero no lo encontré. Cuando mis hijos eran adolescentes me confesaron que detestaban la historia nacional por aburrida y que amaban la historia del Hemisferio Norte por emocionante. Eso me tocó. Quise escribir una novela de caballería con prosa de crónica, ímpetu aventurero, espíritu crítico y ritmo cinematográfico. Tal vez sigo siendo un niño. Sigo queriendo agregarle volúmenes a la vieja Colección Robin Hood. San Martín es fascinante porque se trata de un despatriado congénito que se pasó la vida tratando de construir una patria en la que no pudo vivir. Eso está en el gen de los argentinos. Es una parábola triste y deberíamos meditar sobre sus significados profundos.

2-¿Qué es lo más complicado y qué es lo más placentero de ser director de una revista cultural como ADN?

Lo más complicado es encontrar el equilibrio entre literatura, artes plásticas, cine, tendencias, pensamiento y otras ramas de la cultura. Lo más placentero es tratar con los editores y redactores, y bromear y discutir sobre libros en ese ángulo de la redacción donde está instalado el equipo de adnCultura y donde se pasean aquellos fantasmas magníficos que antes hacían nuestro trabajo: Mallea, Manucho, Borges, Bioy, Silvina. También me da placer escribir mi columna semanal, donde me doy permisos insólitos y me salgo de la ortodoxia de los suplementos culturales.

3-¿Usted es un periodista que se convirtió en escritor o un escritor que siempre ha trabajado de periodista? ¿Qué es lo que más disfruta de una y otra tarea?

A los 13 años decidí ser escritor, y a los 19 entré en el periodismo. Ambas son pasiones arrebatadoras y ambas tiranizaron mi vida. El periodismo era mi esposa y la literatura mi amante. Y se odiaban. Una era diurna y otra nocturna. En una era un profesional y en otra un amateur, como corresponde. Luego aprendí a que convivieran. No pueden ya vivir una sin la otra. Lo que más disfruto siempre es escribir, tanto en prensa como en libros. Mis novelas y relatos tienen la impronta del periodismo: “Mamá” es un crónica novelada, “Fernández” una novela periodística, “Corazones desatados” son relatos que simulan ser columnas y “La logia de Cádiz” es una novela de aventuras escrita con un lenguaje periodístico moderno. Salvando las enormes distancias, así como Puig se valió inconscientemente del cine para malformar esos materiales y construir su narrativa, a mí me pasó lo mismo con el arte del periodismo.

4-Mencione tres grandes momentos de su extensa y variada carrera periodística, tanto por logros profesionales como por contexto, vivencia o descubrimientos.

El primer gran momento fue cuando era cronista policial en La Razón de Timerman. Nunca fui tan feliz como en aquella época en la que caminaba entre cadáveres y humo de pólvora. El segundo gran momento fue en Neuquén: hice un diario en la Patagonia y fue toda una epopeya llena de dolor y gloria. Y el tercer momento diría que es mi trepidante paso por la dirección de la revista Noticias, cuando era perseguido judicialmente y disparaba contra todo lo que se movía. Dejo aparte el verdadero gran momento, que es precisamente éste, cuando puedo crear y dirigir una revista como adnCultura y a la vez escribir novelas como La logia de Cádiz. Estas y las otras fueron grandes experiencias: conocí el show bussines y el detrás de escena del glamour en Gente, la derrota en Somos y en el primer diario Perfil, el éxito en Noticias y en La Nación. Escribí libros que fueron un fracaso absoluto, y que nadie debería reeditar jamás. Y escribí libros que les gustaron a muchos. Creo que nadie tiene verdaderamente éxito sin conocer antes el fracaso. Y por eso me enorgullezco tanto de las caricias como de las cicatrices.

5-¿Quién tiene más posibilidades de cambiar el mundo para mejor: el periodista o el escritor? ¿Por qué?

No creo que podamos cambiar el mundo. Dios nos libre de eso. Sí creo que podemos ayudar a construir nuevas conciencias sociales. El periodismo puede denunciar hechos y lograr algunas veces que las políticas públicas se modifiquen. La literatura puede iluminar las ambigüedades de la vida y luchar contra las peligrosas simplificaciones de la vida moderna. Pero nada más.

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