carlos mac allister

Por Pablo Llonto. Mientras los actos de censura se multiplican, decenas de periodistas son expulsados a la calle y varios empresarios mandan sus medios al cierre y la quiebra, la fiesta de la desmemoria y el olvido también se cuela en el deporte y la prensa deportiva.

 

Ha transcurrido el fin de semana previo al 40 aniversario del golpe que abrió la puerta al genocidio, la sangrienta represión y censura y los más de cien periodistas militantes desaparecidos, pero el deporte y el periodismo deportivo prefirieron cerrar los ojos.

La solitaria Carrera de Miguel 2016 en la mañana del domingo, recordando al atleta desaparecido Miguel Sánchez, y la honrosa presencia de la Subcomisión del hincha de River que en el Monumental desplegó, en pleno partido ante Banfield, una bandera con la leyenda “40 años. Nunca más. Memoria, verdad y Justicia”, han sido las excepciones que confirman la regla.

Quizás la falta de capacidad para monitorear todos los eventos deportivos del país nos lleven a un descuido y, en esta nota, se haya dejado de lado, por ignorancia, otros episodios dignos que el lector sabrá corregir con un mensaje.

Pero la evidencia mayoritaria indica que a tono con la política de los dueños de La Nación y de la mayoría de los funcionarios macristas, el pisoteo de los Derechos Humanos no les importa a las minorías privilegiadas de la Argentina. Entre ellas, las del propio periodismo.

En 1996 y 2006, a veinte y treinta años del golpe, al menos un minuto de silencio recorrió las canchas argentinas. Y ni que hablar de la política de Derechos Humanos en los últimos doce años.

Pero ahora al frente del deporte está Carlos Mac Allister y al frente del fútbol una mezcla de Seguragrondonistas-Tinelliangelicistas de quienes poco y nada se sabe acerca de sus ideas para lograr actos que desde el deporte “consoliden la memoria colectiva de la sociedad, generen sentimientos opuestos a todo tipo de autoritarismo y auspicien la defensa permanente del Estado de Derecho y la plena vigencia de los Derechos Humanos” como dice la ley 25.633.

Pedirle a Mac Allister que recuerde a los deportistas desaparecidos es más o menos como pedirle a la mayoría de los medios deportivos que tengan conciencia de lo que han significado para el deporte la acción de las dictaduras y sus secuelas en América Latina.

Si nos va como nos va, con AFA y clubes quebrados, falta de política deportiva en las escuelas públicas, dirigentes modelados a lo Grondona, barrasbravas dominantes y un periodismo deportivo tan chato que reivindica a los José María Muñoz, a El Gráfico del 76 al 83, y al coronel Rodríguez que manejó el Comité Olímpico a su antojo dos décadas después de Videla, es porque la desmemoria que ejercen desde la Casa Rosada se nutre de aquel pensamiento liberal que sólo quería ver dinero, dinero y dinero.

Menos mal que el 24 de marzo ellos recibirán respuesta en las calles del país. Allí donde el otro periodismo deportivo, el de la memoria en los medios alternativos dirá presente entre las multitudes.

Bien vale esta semana la frase remanida: “un deporte sin memoria es un deporte sin futuro”