segura y tinelli

Por Pablo Llonto. Mientras la mayoría del periodismo deportivo deambula por las crónicas previas a una elección (AFA) son muy pocos quienes se atreven a emitir opiniones y fundamentos acerca de los dos candidatos que compiten por el segundo sillón presidencial más conocido del país.


Un ejemplo de la excepción es Gustavo Veiga de Página 12, animado hombre que eligió el término “Culocracia” para definir las posiciones filosóficas del candidato Marcelo Tinelli. La rara palabrita fue precisada por el colega como la “cultura nacida en los años 90 y cuyos valores llevados al fútbol están más cerca del marketing y del espectáculo deportivo, que de las vapuleadas asociaciones civiles sin fines de lucro”.

Es decir, fútbol para el que tiene plata. Concepto FIFA si lo hay. Querés camisetas, pagalas caras. Querés entradas, pagalas caras. Querés ir a un mundial, juntá miles de miles de dólares.

Veiga lo hizo a cuatro días de la pantomima de elección que llevará el próximo jueves 3 de diciembre a la cima de la calle Viamonte, o a Tinelli o a Segura. Y lo hizo bajo el título “No hay dos proyectos, hay uno solo”, para indicarnos con precisión analítica que ni Segura ni Tinelli representan algo nuevo en la forma de conducir una de las áreas deportivas más sensibles: el fútbol y sus complementos.

Para darle la razón a Veiga, el mismo Tinelli, quien blande el vocablo “cambio” cada dos minutos tratando de subirse a las nuevas olas, le dijo en el mediodía del domingo a Mirtha Legrand: “yo era amigo de Julio Grondona, quise mucho a Julio”, confirmando que no posee ni propuestas de transformación real democráticas ni igualitarias. Grondona es, para los investigadores estadounidenses de la corrupción en la FIFA, el “conspirador número diez”.

Puso bien el ojo Veiga en remarcar aquello que la mayoría del periodismo deportivo no ve: de 3.000 clubes que se cobijan bajo el techo de la AFA, sólo 75 manos dispondrán de voto, en uno de los estatutos más abusivos del derecho asociativo en el país.

Algo parecido hizo el columnista de Perfil.com Hugo Asch cuando al analizar estas elecciones postuló, como Borges, a Macedonio Fernández para presidente, al notar que tanto Tinelli como Segura eran más de lo mismo.

No tuvo eco la prédica insignificante de esta columna en los últimos tiempos pidiendo a nuestro periodismo deportivo más exigencias propias a la hora de evaluar candidaturas y proyectos para esta primera vez de la historia después del grondonismo. ¿Será que la mayoría de los periodistas tampoco sabe muy bien qué significa conducir y limpiar la AFA? ¿O será lo mismo que el gran escritor y periodista deportivo Alejandro Caravario dio cuenta en la web de Un Caño sobre el momento del país: “La población ha consentido una privación más o menos progresiva de su soberanía. Admitiendo acaso una dimensión ontológica que no supera el color local. Como los negritos que posan en la foto mientras dura la campaña electoral. Y los hinchas que nunca entrarán a la cancha”.?