sol

Por Cicco. El veranito ha llegado pero eso no siginfica que la presión de liberarse de las ataduras de la oficina -si tiene suerte- hayan acabado con usted. Ahora tiene otro pressing: necesita tostarse. Y lo que es más preocupante, necesita hacerlo rápido. Antes de que los demás, se enteren que usted es un paliducho del cual sólo puede esperarse una cosa: que tire pálidas.

 

Es en ese tren bala por dorarse cual bife ancho a la plancha, donde uno debe tomar atajos. Debe exponerse al sol lo antes posible. No hay tiempo que perder. Si espera ir a la playa, tal vez ya sea demasiado tarde. El sol hay que atraparlo ahora en el pleniurino, plenitunio, digo, plutonio de verano. Cuando anda al mango y no se necesita Hawaian Tropic en piel para acelerar el asunto. Lo que se necesita es un espacio abierto. Supongamos, una terraza.

Es así cómo verá por la calle tanta gente color charquito de fango, sin haber puesto un pie en la playa, ni en la plaza, ni en cualquier espacio público donde el sol caiga en picada. Ellos trepan, apenas salen del trabajo, a la terracita, estiran esterilla, se embadurnan en zanahoria y meta fogonearse en el fogón del sol, vuelta y vuelta.

Ahora bien, usted no quiere que le metan el perro. Usted quiere personas de playa. Personas que hayan pisado mínimamente una semana La Feliz para sentirlos hermanados. Necesita gente que haya tomado sol de tanto ocio playero. Necesita, en fin, gente como usted: ganadores.

Es por eso que el equipo de Crónicas Desinformadas, ha demostrado cabalmente quién es quién gracias al seguimiento de estas pistas que procederemos a narrar a continuación aquí abajo nomás de esta línea, luego del punto que voy a poner acá.

1- Compruebe con mirada de soslayo si el bronceado del sospechoso es parejo o tiene franjas donde la piel empalidece o se torna más rosada que el resto del cuerpo. Si encuentra una franja, no lo dude más: es un típico barrote de terraza. Si ve alguien así, no le dé ni la mano. Menos aún, su página de Face.

2- Si la persona en cuestión, se resiste a dar la espalda mientras conversa aún cuando de atrás alguien venga a asaltarlo, eso se debe a una razón uniquísima de toda unicicidad: se ha bronceado de un solo lado. Típico del tostado de apurón terracil.

3 – Si la duda persiste, pellísquelo en una extremidad, al tiempo que argumenta la irrupción con alguna broma. Y luego, corra a un laboratorio a fin de que un experto revise su uña, tome el extracto de piel y los químicos decidan si la muestra tiene o no tiene restos de baldoza, lo cual demostraría claramente la inmersión de sol bien lejos de la playa de la costa y más cerca de la playa de estacionamiento.

4 – Si tras un interrogatorio pertinente, usted encuentra que el sospechoso que dice haber estado en Marpla, menciona haber visto este verano obras de Fernando Peña o Albertito Olmedo u otro difunto capocómico, sepa que este hombre no ha pisado la Feliz desde, mínimo, diez años atrás.

5 – Exija fotografías para evitar toda confusión. En lo posible, de la familia completa. Si el sospechoso sólo muestra imágenes urbanas donde él sólo tiene tostado caribe mientras el resto de la familia tiene palidez de estación Pichincha, sepa que oculta tostado terraza y merece el aislamiento social inmediato.

Y creemos que, luego de estos tips fundamentales, usted podrá sacar de su círculo íntimo tanta gentuza de cuarta que no sólo lo importunarán con sus charlas de encierro barrial, helado de palito y película repetida en canal abierto. Gente que, en las fotos, hasta pueden hacerlo desentonar con su bronceado.