mundial 2014

Por Cicco. En estos tiempos, el calendario tal como lo conocemos ya no deberá tomar como fecha de referencia el nacimiento de Cristo. Porque, como vienen las cosas, todos los proyectos, todo asunto importante, todo desembarco con bombos y platillos que se hace en este país, etc etc. para todo ello, la gente se planteará primero: “¿Mejor lo hacemos D.M. no es cierto?” Y así será. Pues D.M. es la fecha que todo el mundo tiene en cuenta para sus asignaturas pendientes. Asaí es: DM. Después del Mundial.

Habrá visto cómo en estas semanas, el mundial lo detuvo todo. Y su vida, que es realmente de suma importancia vital para el sostenimiento y el equlibrio del universo, pasó a ser sólo la resolución de una serie de asuntos sin demasiada importancia. Porque así como existe el DM también existe el AM –antes del Mundial-. Dos etapas claves de la humanidad. Pero el MM, nadie lo toma en cuenta. Pues, si uno lo piensa con detenimiento, ¿a quién se le ocurriría celebrar su boda, firmar un contrato, tomar un empleado, despedir a otro, Mientras sucede el Mundial? Es un mes al que lo revisita la Era del Hielo. Todo se freeza. No es, como podrá suponer, equivalente a un fin de semana largo. O las vacaciones de verano. Porque ahí, algo deja de suceder para dar espacio a algo nuevo. La gente abandona sus puestos de trabajo y dispara para la Feliz. Es más bien un enroque. Una liberación de animales salvajes a la buena de Dios.

Pero con el Mundial en juego, no hay cambio alguno de actividad. Hay cese y contemplación. Los que trabajan son los 11 desesperados con camisetas de sponsors millonarios, y una presión descomunal que hace que, cada dos por tres, uno de ellos termine desgarrado. Eso sí: se ve, por el noticiero, cómo la gente que pudo ir a Brasil, en todo caso, logró hacer algo decente con sus vidas: al menos, acercarse a la acción.

De lo contrario, el Mundial, el mientras digamos, el MM, es una sala de espera. Los fumadores fuman más aún. Y el resto se ocupa de entretenerse entre partido y partido, tomando como único recaudo no asusmir una tarea de importancia. Los empleados llevan a sus jefes papeles, documentos por firmar y el jefe los mira como si no entendieran: “No, esto ya te dije. Es material DM”. Y listo el pollo. O podrá, en todo caso, recriminarlo de este modo: “¿Por qué no fue resuelto AM? ¿Dónde tenés la cabeza, viejo? Ahora ya está. Estamos en pleno MM. No hay nada que yo pueda hacer. Son órdenes de arriba”.

El futuro esposo, en miras a poder ganar un respiro más de dicha soltera, podrá argumentar: “Pero la fiesta cae en pleno MM. Hay que posponerla. Pero no apenas arranque el DM porque voy a necesitar tiempo para reponerme. Digamos, dos años para recobrar la adrenalina perdida en los partidos de Argentina”. Y todos contentos, ¿no es cierto?

Así que, como habrá visto, esta columna no le ha resuelto nada. No ha contribuido en nada importante. Y menos aún, hizo que usted sea más inteligente de lo que es ahora –que seguramente es muy pero muy inteligentísimo-. Porque claro, está escrita en MM. Y los periodistas somos los primeros en adoptar toda tendencia que apunte a rascarse el ombligo. Y esperar tiempos mejores.