CINE POLÍTICO |
Para alertar a la ciudadanía |
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El cine político tiene muchísimas caras: no necesita a un actor argentino discutiendo sifón de por medio las carencias éticas de los políticos. Por ejemplo, Una guerra de película, una superproducción norteamericana, dirigida por Ben Stiller y protagonizada por él mismo, junto a Jack Black, Robert Downey Jr. y un extraordinario Tom Cruise, desnuda de manera cómica una forma de hacer cine que sus realizadores conocen bien por pertenecer a ese ámbito. Se trata de una película política, una intervención crítica con el ropaje de una comedia.
De una manera totalmente distinta, La próxima estación, la última película de Pino Solanas, es una obra artísticamente inobjetable sin dejar de funcionar a la vez como un manifiesto político. Solanas retrata didácticamente la historia de los ferrocarriles en la Argentina, su apogeo y su deliberada caída, ambos bajo gobiernos peronistas. La coincidencia entre su estreno y el incendio de una formación en Castelar es algo más que un golpe de fortuna (la relación de causalidad entre un evento y otro, insinuada por Aníbal Fernández, pertenece al mundo fantástico de El Señor de los Anillos, volveremos sobre eso). Solanas es un cineasta que utiliza el cine para hacer un señalamiento sobre la realidad: cuando esta lo confirma, como sucedió con la revuelta de los airados y maltratados pasajeros del tren, no se trata de una operación política ni de dotes adivinatorias. Alguien que sabía algo importante hizo uso del cine para alertar a la ciudadanía y la realidad lo confirmó.
A una semana de los eventos de Castelar es bueno leer esta noticia del Clarín del jueves 11 de setiembre. Allí se nos informa que quedan seis detenidos por el incendio de la formación y que ninguno de ellos registra actividad política. "De hecho, cuatro de los detenidos están acusados de haber intentado robar las monedas de una máquina expendedora de boletos en la estación de Castelar; otro, de robarse los parlantes de un automóvil dado vuelta y el monitor de una computadora de las oficinas de Trenes de Buenos Aires (TBA); y el sexto, de haber tirado piedras contra un tren.". No hay menciones acerca de la conjura del PO ni de la pérfida campaña de Pino Solanas para promocionar su film, como afirmara Aníbal Fernández. Debido a la periodicidad del índice de precios que genera INDEC, el Gobierno nos garantiza una mentira por mes. En setiembre tenemos, entonces, por lo menos, dos mentiras gubernamentales.
El tema prácticamente ha desaparecido de los medios y así quedará hasta la próxima revuelta. Si alguien quiere saber porqué pasó lo que pasó y porqué volverá a suceder no tiene que esperar hasta ese momento: puede ver La próxima estación, el documental de Pino Solanas que no solo trata de reflejar la realidad sino de cambiarla.
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