te sigue y shaun

Por Javier Porta Fouz. Durante muchos años miré con adicción la cartelera de cines en los diarios en papel, la organización por salas de Clarín y La Nación y luego también la presentada por películas de Página/12. Hoy ya no miro la cartelera, veo -en general- las películas antes del estreno. Y, si tengo que consultar la cartelera, ya no lo hago en papel. Decido hoy chequear la cartelera -on line- para ver las películas disponibles en los cines argentinos antes de que figuren los lanzamientos del 3 de septiembre. Parece haber 55 títulos disponibles. Pero de esos 55 en realidad quedan 50, porque 5 son variantes 3D (es decir, Minions figura 2 veces porque está disponible con y sin 3D). 50 títulos entonces, número redondo ideal para hacer porcentajes sencillos.

 

De esas 50, vi 24, es decir el 48% de lo que está disponible. De esas 24, 13 me parecen de 7 puntos para arriba, es decir entre muy buenas y excelentes. 13 son el 26% del total de estrenos, y más de la mitad de las que vi. Un gran promedio de calidad. Entre ellas hay varias argentinas. También algunas europeas. Y hasta una neozelandesa. De las 13 que me parecen entre muy buenas y excelentes, seis son estadounidenses, poco menos menos de la mitad. Es decir que hoy la cartelera argentina -sí, ok, mayormente concentrada en Buenos Aires- me parece no solo muy atractiva sino que además es variada en términos de origen. ¿Y en géneros? También hay variedad. Es un muy buen momento para ir al cine. Suele suceder en esta época, que luego del ahogo de las vacaciones de invierno llega la posibilidad de mayor variedad. Pero 2015 está siendo especialmente bueno para los estrenos, muy superior a 2014.

Además, este jueves 3 de septiembre se han sumado tres estrenos muy recomendables: uno estadounidense, uno inglés y uno chileno. Una es una segunda película de un joven director. Otra es el debut en el largometraje de dos directores. Otra es la quinta película del realizador. Cada una debutó en un festival grande distinto: una en Cannes, una en Sundance, una en Berlín. A dos de ellas las vi por primera vez en dos de los festivales en cuestión. Las tres se estrenaron este jueves con cierto retraso. Más allá de las presentaciones en festivales, que tienen lógica temporal propia, dos de ellas empezaron a distribuirse comercialmente en febrero de este año, la otra en mayo, pero mayo de 2013. Es decir que las tres llegan un poco o muy tarde. Pero bueno, al menos llegaron. Se trata de Te sigue (It Follows) de David Robert Mitchell, Shaun el cordero de Mark Burton y Richard Starzak y Gloria de Sebastián Lelio. De Gloria (http://www.lanacion.com.ar/1824768-gran-retrato-de-una-mujer-maduray de Shaun (http://www.lanacion.com.ar/1824445-pura-diversion-y-ternura-sin-una-palabra) escribí esta semana en La Nación. Y a Te sigue la vengo recomendando desde que la vi. De hecho, en Cannes le propuse el título de estreno al distribuidor cuando me enteré de que la había comprado para estrenarla localmente. Y quedó Te sigue. Me gusta, creo que es sobrio y contundente. Como la película, que se da el lujo de ser carpenteriana y no morir en el intento. No sólo eso, además sale muy airosa de su apuesta de horror fantástico que asusta incluso a plena luz del día. Te sigue va a las bases: al punto de vista, a la lógica pertinaz del mal, a la amenaza ominosa vertida en travellings y paneos. Y hasta se da otro lujo, el de reversionar la lógica sexual del terror de los ochenta.

Que haya una película de terror que renueva el género a la vez que reconoce sus influencias y las procesa con hidalguía y eficacia, y que se termine estrenando -luego de múltiples atrasos- justo en la semana en que murió Wes Craven (sobre quien escribí aquí) hace que la lamentable pérdida esté morigerada por un destello positivo: hay futuro en el cine de terror. Por otra parte, la fortaleza del mal -su inexorabilidad- en Te sigue es comparable con la de Freddy Krueger de Pesadilla. A las dos películas las separan 30 años. Las unen su condición suburbana y su amenaza seria y un poco triste (Freddy se volvería más cómico a partir de la tercera), alejada de la posibilidad de parodia. Su extraordinaria contundencia directamente las hermana.

Releo lo que escribí y noto que no me gusta el título Shaun el cordero. ¿No suena mejor “Shaun la oveja”? Shaun el cordero me lleva a pensar en películas religiosas. Y tengo muy mala recepción para eso. Pero basta de quejas, que esta es una nota positiva. Otra buena noticia en esta semana -en la que noté cuántas muy buenas y excelentes películas hay en la cartelera- es que la FIPRESCI, la federación internacional de críticos de la que soy parte, eligió como mejor película del año a la gloriosa (y furiosa) Mad Max: Fury Road de George Miller. Y veo unos minutos de Babe, el chanchito en la ciudad (la segunda Babe, la que dirigió Miller, la que fue un fracaso global, la que fue el motivo principal para que renunciara la cabeza de Universal en ese momento). Se mantiene como la película grande y imaginativa que vi en cine en el día de su estreno, en un cine que no existe más. Pero de los cines que no existen más mejor no hablo, porque esta es una nota que habla de lo lindo que es el cine, aunque los cines ya no sean tan lindos como antes. Por si no quedo claro, vean It Follows, es decir Te sigue. Notarán -yo la yo noté- que escribí poco sobre ella, y pienso que quizás me haya puesto a hablar sobre la cartelera para alejarme del sudor frío que me provoca esa película insoslayable, pertinaz, seguidora.