Por Javier Porta Fouz. Falta revisar la segunda mitad del año y quedan algunas columnas a publicar en 2013 (esta que están leyendo más otras 3), así que si se mantiene este ritmo llegaremos perfectamente antes de que termine el año con el balance del propio año en curso. Luego habrá que ordenar un top 10 (o top 20). Vamos sin más demora a un mes fuerte en la taquilla pero no necesariamente fuerte en términos de alegrías cinematográficas.
Julio empezó con Mi villano favorito 2. Inferior a la 1, aunque simpática. Sí, es difícil hacer algo no simpático con esos personajes. Pero si uno vuelve a ver la 1, como en mi caso, las diferencias de jerarquía son notables. En la misma semana apareció un estreno mainstream que no venía con buenas referencias y cumplió (con las malas referencias): El llanero solitario. Misma semana: César debe morir, de los hermanos Taviani, Oso de Oro del Festival de Berlín 2012. La vi allí dos veces, me gusta, pero que le haya ganado el premio principal a Tabú de Miguel Gomes… bueno, pero no hablemos de premios y merecimientos. O sí, hablemos, si es por merecimientos, Titanes del Pacífico de Guillermo del Toro (una del top ten, seguro) merecía mucho más espectadores que El Llanero solitario, pero en este país mucha gente quiere ver a Johnny Depp. En fin, que sobre Titanes del Pacífico escribí esto y esto Y julio, en términos de películas memorables, se me terminó ahí con Titanes del Pacífico.
Y llegó agosto, con la bienvenida sorpresa de Vino para robar (no, no es una película memorable, pero en un año flojo para el cine argentino merecía mejor suerte con el público). Por aquí.
Y en el segundo jueves apareció otra con top ten asegurado. Cuando el cine de género se hace así, bueno, el nivel de disfrute (y de miedo, en este caso) se eleva, y también la felicidad fílmica (o digital): link. Y genera más felicidad aún que haya sido uno de los mayores éxitos del año.
En la misma semana de El conjuro se estrenó Los amantes pasajeros de Almodóvar, que irritó a mucha gente. Y mucha otra la ignoró, o tal vez no la vio en cines porque tardó mucho en estrenarse (en España fue especialmente exitosa). No va al top ten ni al top 20 pero me cae muy bien: link 1 y link 2
En el tercer jueves de agosto hubo dos películas agradables bien aunque estuvieron lejos de ser grandes. Ver cine implica saber ver lo rescatable en lo no memorable (lo practico desde hace muchos años y lo reafirmé al leer al crítico chileno Héctor Soto). Esas dos películas que hay pocas chances de que vuelva a ver son la argentina Corazón de León (la mejor película de Marcos Carnevale) y la del país Google Aprendices fuera de línea. El estreno más exitoso de esa semana fue Corazón de León. Y el mejor de ese jueves fue un fracaso ridículo, injusto, parcialmente inexplicable. Quizás un motivo sea este. Y acá algo de cuando se estrenó.
Y quedan dos jueves más de agosto, pero del 22 no voy a destacar nada (ay, Jobs). Del 29 me queda por ver Declaración de vida de Valérie Donzelli, de la que tengo las mejores referencias. De ese jueves me gustó Reality de Mateo Garrone y me gustó más esta película a pesar del título que le pusieron acá.