los juegos del hambre

Por Javier Porta Fouz. 1. Se te nota, En llamas, que sos la del medio. En realidad no estrictamente, porque la tercera ya se sabe que va a estar dividida en dos partes, a estrenarse en 2014 y 2015 respectivamente. Pero En llamas es la 2, que está después de la 1 y antes de la 3. En realidad de la 3.1.

 

2. Se te nota, En llamas, que necesitas de la primera para sostenerte, y que tenés una resolución nada definitiva (el final hacer acordar mucho al de El imperio contraataca de la primera trilogía Star Wars).

3. Se te nota, En llamas, que tenés miedo de que haya cosas que no se entiendan de lo que contás o comentás, por eso hacés decir al personaje de Peeta “y pensar que allá en casa la gente se muere de hambre” después de que le propongan tomar un brebaje para vomitar y seguir comiendo comida de lujo. Ya estaba claro el sentido de todo eso. Pero se te nota, En llamas, que dudaste de tu público o al menos de una parte de tu público. Y te jugaste por el mínimo común denominador y aclaraste.

4. Se te nota, En llamas, que cambiaste de director. Bah, en realidad eso lo sabemos. El director de la primera era Gary Ross (mejor película, Seabiscuit). El de En llamas y las dos terceras (o la tercera y la cuarta) es Francis Lawrence (mejor película, En llamas; segunda mejor película por ahora, Soy leyenda). También hizo Agua para elefantes y Constantine. Pero en En llamas no se nota.

5. Se te nota, En llamas, que contás mucho, y con claridad. Que no tenés problema en seguir contando y contando, que tenés menos miedo que la primera, porque ya sos la secuela de un éxito, no tenés que presentar credenciales. Y que no necesitás apoyarte en tantas secuencias de acción rutilante, tanto estiramiento del peligro. E Incluso se nota que necesitás un poco menos de sensiblería. Se te nota que tenés mayor fluidez que la primera, porque ya tenés a muchos de los personajes presentados y la lógica establecida. Y se te nota que confías en que nos acordamos bien de lo que pasaba en la primera y no te detenés en demasiadas explicaciones.

6. Se te nota que confías en la espectacularidad de los espacios (y la referencias visuales y arquitectónicas nada sutiles al nazismo). Y se te nota que confías en dejar a los actores grandes y a los grandes actores que hagan su show: Donald Shuterland, Philip Seymour Hoffman, Stanley Tucci, Woody Harrelson. Hay espacio y hay otros excesos como para que no desentonen estos excesos histriónicos. Se te nota que te sabés de trazo grueso como para no andar con sutilezas y gestos mínimos. Cine de un futuro pintado de forma ampulosa y actuado en consecuencia. Se te nota, En llamas, que podés convertir el trazo grueso en una forma vital. Todo un mérito.

7. Se te nota, En llamas (en realidad se te nota, Los juegos del hambre), que elegiste con gran sabiduría a la mejor protagonista posible. Jennifer Lawrence sostiene cualquier situación, plano, ángulo, emoción. Y cuando tira flechas genera instantáneamente secuencias eróticas.

8. Y gracias, En llamas, por compensar la presencia de Amanda Plummer con la de Jena Malone.