Por Javier Porta Fouz. En el Bafici 2006 se dio una película de esas que había que ver sí o sí en el festival, no sólo por el tan mentado snobismo de “ver las cosas en el festival” sino porque estaba claro que no se iba a estrenar, que no iba a salir en DVD acá, y que no iba a ser fácil comprarla afuera con subtítulos en castellano. Y vaya si hablaban (en inglés) en esa película.

El párrafo que sigue lo escribí para el catálogo de ese año del festival:

The Aristocrats tiene un solo chiste. Contado infinidad de veces en su casi hora y media de duración. Es que este es un documental cuyo objeto, en la superficie, es una rutina de comediantes, un clásico chiste de contadores de chistes, llamado “Los aristócratas”. La estructura del chiste en cuestión es una mínima introducción, un remate corto y una parte del medio larga, larga, larga, que es donde el comediante se luce con el relato de múltiples escenas a las cuales calificarlas de “escatológicas” sería quedarse corto. The Aristocrats, sin un solo desnudo ni escena de violencia pero con mucha gente que cuenta este chiste y opina sobre él, es una de las películas más potencialmente ofensivas de este festival. Una muestra: uno de los tantos cómicos famosos entrevistados en esta ópera prima, Paul Reiser, afirma que el relato de la diarrea tiene más potencia cómica que el del sexo oral incestuoso, y que entonces hay que tener en cuenta eso a la hora de ordenar in crescendo las situaciones que se cuentan. Finalmente, The Aristocrats es también una película sobre algunos detalles del arte de la comedia.

The Aristocrats es una película que toca varios de los grandes temas sobre la comicidad: ritmo, modos de decir, timing, recursos, pausas, tono, límites y transgresiones. Es una película centrada en el estilo, toda una película didáctica acerca de las diferencias irrenunciables de los cómicos, acerca de las variantes que se ponen de manifiesto también a la hora de contar un chiste de especial flexibilidad, que permite e impulsa la creatividad para narrar y describir. Un documental sobre un chiste, hecho con el rigor y la seriedad suficientes como para que se luzcan los efectos cómicos genuinos que se registran. El director es Paul Provenza, actor de comedia que no ha logrado gran fama y que solo ha dirigido hasta el momento The Aristocrats, hecha con un solo chiste (y co-dirigió un documental para televisión sobre los premios If.comedy). En realidad The Aristocrats no está hecha con un solo chiste, porque “el mismo chiste” contado por muchas personas ya no es el mismo chiste.

Y volvamos al principio: esa película que queríamos volver a ver con subtítulos en castellano está en Amazon, pero sin esos subtítulos y hasta con una edición especial. Pero hay gente que se ha dedicado a hacer los subtítulos en castellano de The Aristocrats y los hizo accesibles para el que los sepa buscar y pegar a la película. Cada vez más, Internet es un apoyo de lujo para la cinefilia, para los que quieran buscar más allá de la cartelera. The Aristocrats con subtítulos disponibles en castellano es todo un lujo de estos tiempos.