HAY QUE VER LOS ABRAZOS ROTOS
Almodóvar juega a ser Almodóvar disfrazado de Almodóvar

Los abrazos rotosPor: Javier Porta Fouz. Sesenta años tiene Almodóvar. Y ya están por cumplirse tres décadas desde el primer largometraje de Almodóvar. A estas alturas, cada uno tiene sus Almodóvar preferidos. Mis Almodóvar preferidos son ¡Átame!, Matador, La ley del deseo y La flor de mi secreto. Y ahora se suma Los abrazos rotos, uno de los Almodóvar más Almodóvar.

Los abrazos rotos, de Almodóvar, muestra a Almodóvar pensando en el cine de Almodóvar, reescribiendo a Almodóvar, intensificando su convencimiento de ser Almodóvar, y reflexionando sobre Almodóvar a partir de lo que otros han escrito sobre Almodóvar. Como dice el crítico español Jaime Pena “Leyendo en Allmusic.com lo que escribe Stephen Thomas Erlewine a propósito del último disco de U2, No Line on the Horizon, me doy cuenta del paralelismo entre la banda irlandesa y Pedro Almodóvar. Para Erlewine, cada nuevo disco de U2, al menos desde The Joshua Tree, es una respuesta a lo que la crítica dijo del anterior, una forma de pulir los posibles errores o las aristas más acentuadas de su obra precedente. Un comportamiento éste que se explicaría por la importancia que U2 concede a las opiniones ajenas. No sé si habrá otro cineasta tan preocupado por lo que se dice de él y su obra como Almodóvar.”

Los abrazos rotos, por momentos, parece ser una continuación de La flor de mi secreto. En otros, una versión mucho más oscura de ¡Átame! En otros, una reescritura y corrección de la peor película de Almodóvar: La mala educación. Además, hay una evidente puesta en perspectiva de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Y hay más referencias al interior de la obra de Almodóvar hechas por Almodóvar. Almodóvar trabaja sobre su propio cine (y sobre otros cines) con gracia y con fluidez, y sin petulancia y sin ser críptico. Parafraseando a Rodrigo Tarruella, que alguna vez formuló que De Palma jugaba a ser Hitchcock disfrazado de Orson Welles, repito el título de esta pequeña recomendación: Almodóvar juega a ser Almodóvar disfrazado de Almodóvar. Para eso, Almodóvar no solamente revisa su filmografía y la reelabora en sus temas y personajes, también es más Almodóvar que nunca en los colores, en los ambientes, y en las pasiones. Eso: Los abrazos rotos es una historia de pasiones, de colores, de paredes, de ventanas, de cuerpos que se desean vistos en una ventana, de enamorados en un sillón. Y es una pequeña historia del cine según el cine que le gusta a Almodóvar y del que se apropia en una escalera, en un peinado, en un vestido, en un nombre, en muchas obsesiones. Y así, otra vez, es una historia del cine de Almodóvar; es decir, del cine de alguien que sabe que para ser Almodóvar debe jugar a ser Almodóvar disfrazado de Almodóvar. Además de todo eso, es una película entrañable y emocionante, construida con delicadeza, rigor e inteligencia en la que pasan muchísimas cosas, en las que resuenan muchas otras. No voy a contarles el argumento, es bueno que lo descubran a medida que se los revela esta gran película. Esta gran película de Almodóvar.

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