BAFICI, MAR DEL PLATA Y QUE APAREZCAN MUCHOS MÁS
Larga vida a los festivales

23 Festival Mar del PlataPor: Gustavo Noriega. Hoy, jueves 6 de noviembre, comienza una nueva edición del Festival de Mar del Plata. Su presidente, José Martínez Suárez y su director artístico, Fernando Martín Peña presentaron el jueves pasado la programación ante la prensa.

El Festival de Mar del Plata, desde su retorno en 1996, fue una cita importante para los cinéfilos. Si bien el perfil de su programación ha sido errático, en los últimos tiempos, se ha advertido una cierta convergencia con el Festival de Buenos Aires (Bafici). El festival porteño se caracterizó, desde sus comienzos, por una apuesta arriesgada a las formas más alternativas y menos convencionales de hacer cine. En sus comienzos de la segunda etapa en Mar del Plata, solo una sección tenía ese perfil. Se trataba de Contracampo, dirigida por Nicolás Sarquís. Allí fue donde se pudieron apreciar por primera vez obras de Abbas Kiarostami, Alexander Sokurov y otros grandes directores hasta ese momento ocultos a la consideración del público argentino. Posteriormente, la sección desapareció pero en las últimas ediciones un número creciente de las películas programadas tenía un perfil similar al del Bafici.

Es probable que la presencia al frente de la dirección artística del historiador y coleccionista Fernando Peña, agudice esa convergencia. Peña dirigió el festival porteño durante tres ediciones, hasta que las nuevas autoridades del Gobierno de Buenos Aires no le hicieron sentir el respaldo suficiente como para seguir en el cargo.

La pregunta que se hacen algunas personas es si son necesarios dos festivales en Argentina de características similares. La respuesta es que evidentemente sí, que cuanto más festivales haya que muestren un cine distinto, que airee la cartelera, que le permita a los espectadores revisar la historia de los grandes creadores al tiempo que se actualiza con lo que están realizando las distintas vanguardias mejor va a ser para todos. Nadie se pregunta si es demasiado exhibir 150 películas norteamericanas por año así que no veo porque el cinéfilo de ambiciones amplias no puede tener dos fechas anuales para ampliar su acervo cultural.

El problema que se planteaba hasta la última edición del festival de Mar del Plata era que la fecha de marzo era demasiado cercana a la del Bafici, en abril. No solo representaba dificultades para la gente que quería asistir a los dos sino que había llevado la competencia por las películas entre los dos eventos a un lugar desagradable. La vuelta del festival marplatense a su fecha original en noviembre resultó un gesto racional por parte del INCAA, un gesto que mejora la situación general de los dos festivales y especialmente la del público.

Desde esta columna les auguramos larga vida a los dos festivales y que aparezcan muchos más, que haya uno por mes, hasta reventar los cines. Salud.

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