/Por: Javier Porta Fouz. Uno puede ver películas sin leer prácticamente nada sobre ellas. A veces está bueno, es recomendable y hasta saludable entrar en el cine con poco conocimiento sobre lo que uno va a ver. Por ejemplo esta semana: Ruby Sparks, listo, título, más o menos un oteo del afiche y los actores, y vamos, adentro de la sala. De acuerdo, “de los directores de Little Miss Sunshine”. Ok, listo, adentro. Pero no, uno vive en la Argentina. Y, joder, el título acá es Ruby, la chica de mis sueños. Y uno, que quería ignorar todo lo posible sobre la película ya sabe algo más, con el bendito título de estreno acá ya sabe que esa Ruby es la chica de los sueños de alguien. Y entonces…
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