CONCLUSIÓN SOBRE UN INTERCAMBIO CON LOS COMENTADORES |
Entusiastas de la sospecha |
Por: Gustavo Noriega. El experimento fracasó. Escribimos una columna comentando la inmoderada costumbre de los comments de blogs y websites de acusar de pecados irredimibles a los autores de las notas sin más móvil que la voluntad de echar sombras, sin aportar argumentos ni pruebas. No se trataba de no aceptar las críticas y las disidencias sino de analizar la persistente costumbre de desviar cualquier discusión al terreno de las acusaciones ligeras. |
En el final de la nota, lanzábamos un desafío al lector. Decíamos:
“Es rarísimo un comment que sea pertinente al tema en discusión y que lo discuta en buenos términos. Estoy seguro de que cara a cara nadie se atrevería a sugerir que soy una persona deshonesta pero en el anonimato de la Web no es tan difícil. No sé si sirve la comunicación cuando se plantea en estos términos.
¿Ustedes qué opinan? ¿Podrán discutir este escepticismo sin presuponer que soy un delincuente?”
Algunas respuestas fueron más o menos sensatas. Otras, retomaron la costumbre invectiva, buscando nuevas formas de corrupción de quien escribía la columna.
Uno me señaló, como ejemplo de corrupción:
“Perdón Noriega: ¿quién le paga lo viajes a los críticos? ¿Los medios están tan tan interesados en cubrir San Sebastian o de eso se ocupa el INCAA? El periodismo de Espectáculos, no sólo en cine, es un periodismo básicamente prebendario y clientelista. Vos también podrías hacerte cargo en lugar de salir a cazar brujas por ahí.”
A eso le contesté lisa y llanamente que el sayo no me cabía ni a mí ni a ningún miembro de la revista:
“Lucio, nunca un miembro de El Amante hizo un viaje al exterior pagado por el INCAA. Nunca.”
Pero Lucio estaba demasiado entusiasmado como para detenerse en detalles y la presunción de inocencia (de una acusación totalmente infundada) le parecía sospechosa por sí mismo. Nos refutó con ironía:
“Nunca recibieron un viaje, nunca recibieron un DVD, nunca un hoyts gratarola. ¿Cómo hacen para codearse con el mundo que los rodea? ¿No se asquean?”
Otro entusiasta de la sospecha, harto de ser refutado, escribió la frase clave:
“Veo que para criticarte hay que tener pruebas. Ok, no las tengo, ¿y qué?”
Lucio retomó la enésima refutación con otra frase memorable:
“Noriega ¿por qué tan a la defensiva?”
En fin, no hubo caso. Culaquier cosa que uno escriba va a generar que a alguien se le ocurra encontrarle un trapito sucio. Lo que nos trajo a la memoria la frase de Huili Raffo, el creador del blog Trabajos Prácticos, señalando con un círculo en el aire la que para él es la cantidad de comentarios razonables a permitir en un blog: cero.
Y en eso estábamos cuando reapareció TP, el más sofisticado y mejor escrito de los sites escritos en castellano y que había cerrado su primera etapa hace unos dos años. Un blog colectivo de actualización diaria, sofisticado y global y sobre todo, ¡sin comments!
Pero eso, amigos, es una historia que comentaremos en un post aparte.
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