Los comentarios plantean un ida y vuelta entre el público y los medios de comunicación. El público en su papel de receptor lee la nota, luego emite una opinión, que es editada y que sale publicada a continuación del artículo.

El lector de diarios durante un siglo ha sido sólo receptor, pero en la última década, gracias a Internet y a la tecnología, se ha convertido también en emisor. Y eso está generando muchas cosas. Como mínimo, el comentario se convierte en otro contenido que se suma a los que ofrece el medio. ¿Qué interés y qué valor tiene este nuevo contenido?

Muchas veces es interesante leer y analizar la respuesta del público en relación a una determinada noticia u opinión: se suman opiniones, se dialoga, y se obtienen ideas interesantes. Pero no siempre. Como ya se dijo en otras oportunidades en esta columna, es común leer y releer comentarios que se repiten en ideas y conceptos una y otra vez.

Además, en numerosas oportunidades estos se transforman en espacios para el insulto o para la exposición de resentimientos varios. Y de esa manera, los aportes pasan a ser caminos para el desahogo o para la exposición de broncas; y en menor medida, un ámbito de diálogo y reflexión.

Tal como se señaló en el primer párrafo, hace dos semanas el diario español La Vanguardia entrevistó a Ben Hammersley, periodista  británico especialista en medios de comunicación e Internet de la BBC, quien expuso su opinión sobre los comentarios en los medios de comunicación: "Mi experiencia me dice que las desventajas superan las ventajas. Los comentarios suelen ser terribles y no aportan demasiado." Y el periodista re preguntó: "Entonces, ¿se debe censurar la opinión en un medio tan libre como es Internet?" A lo que Hammersley agregó: "Creo que si los lectores quieren comentar alguna noticia deberían abrir un blog. El diario no es el lugar donde escuchar todas las voces. Ahora está de moda crear comunidades en torno a los portales, y está costando mucho dinero. Cuesta dinero controlar esos comentarios. Podrían invertir el dinero en pagar a más reporteros. La mayoría de los comentarios son de un grupo reducido de personas que suelen estar "cabreadas". En el diario nunca se permitiría publicar todas las cartas que envía la gente."

Para agregar a la opinión del especialista, hay que tener en cuenta un gran error de los escritores de comentarios. Los autores de las notas no editan los comentarios, no siempre los leen y los contestan en muy contadas oportunidades. Por lo tanto, la idea del lector que se dirige directamente al autor, e incluso al director de una publicación, es un error. En el mejor de los casos, el lector le envía el comentario al medio, y luego ese aporte entra en la mecánica de trabajo del mismo.
 
Diferente es la situación en los blogs. En el blog el comentario es de gran importancia. Porque los blogs en general son realizados por una sóla persona, y en ese caso si, hay un contacto directo entre autor y lector. Además, se justifica el ida y vuelta más que en otros espacios, porque el comentario abre una discusión de la que participa el autor. Al margen de esto, en los medios las notas más comentadas no siempre son las más leídas. Muchas veces notas muy leídas no son tan comentadas. Tal vez porque los comentarios surgen en especial en textos que despiertan algún punto de interesante discusión o que encienden una chispa que le da lugar a un intercambio de opiniones.

Para finalizar, cabe decir que tanto el anonimato, como el resentimiento que se expone, como la tediosa repetición, hacen del comentario un contenido de dudoso interés para los grandes medios de comunicación. En ese sentido, tal vez para la discusión, el intercambio o el diálogo, sea más interesante el ámbito de los blogs o de los foros. Igual, el nuevo periodismo en Internet se transforma todos los días, y el tiempo dirá qué contenidos serán la estrella.

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