POR LA LIBERTAD
No es fácil ser un insurrecto de Internet

VIGILANCIA EN INTERNETPor: Sebastián Di Domenica. Ser o no ser un insurrecto de la red. Esa es la pregunta que seguramente muchos jóvenes de países poco democráticos como Egipto, Sudán o Túnez, se hicieron antes de sumarse o iniciar una revuelta desde las redes sociales. Miles de jóvenes dijeron que sí: se movilizaron, se expandieron y gracias a sus acciones en varios países se lograron cambios. Según se ha afirmado hasta el cansancio en las noticias, Twitter, Facebook y los celulares con conexión a Internet han sido de gran importancia para las revueltas. ¿Sin las redes sociales hubiese sido posible? ¿Sin los celulares y la interconexión general hubiese sido realizable? Tal vez no. Pero me parece que ese no es el dato más importante. Como en todo acontecimiento humano de relevancia, antes o después de las herramientas, antes o después de la tecnología, está la voluntad y la valentía de hombres y mujeres que deciden afrontar riesgos para lograr cambios. Porque a muchos miles de kilómetros, desde estas apacibles tierras, hay que decir que no se le ha dado real valor al coraje de esos jóvenes que arriesgaron su pellejo por la libertad. Facebook, Twitter o los celulares fueron solo las herramientas. Posibilidades de comunicación que hacían real la convocatoria y la reunión, pero que al mismo tiempo multiplicaban los peligros y los riesgos. Hay que aclararlo: ser un insurrecto en la era de Internet es aún más peligroso que ser un insurrecto de las épocas del teléfono fijo. Porque hay que recalcar que en Internet estamos todos expuestos. Todo y todos estamos a la vista. Y para ser un revoltoso en la vidriera de Internet, se necesita valentía.

Hay muchos blogs que ofrecen recomendaciones para los llamados revolucionarios de Internet; apuntes que permiten descubrir todos los peligros que deben sortear esos jóvenes organizados para iniciar o llevar adelante una revuelta. En especial quiero destacar el blog IRevolution (http://irevolution.net/) y un post que lleva de título: “¿Cómo usar Facebook en regímenes totalitarios?”. En ese texto se puede leer que el gobierno de Egipto hackeaba las cuentas de Facebook de los revoltosos para acceder a sus contactos. O que el gobierno de Túnez hacía lo mismo hasta que directamente decidió intervenir esa red en el país. Aún más impactante es el relato sobre Sudán; el gobierno armó en Facebook un supuesto grupo de protesta y desde allí organizó una marcha. Miles de seguidores se sumaron al grupo y cuando llegaron a la marcha, la policía los esperaba para arrestarlos. Los jóvenes detenidos eran forzados a dar su clave en Facebook y su contraseña de mail para obtener así nuevos contactos de potenciales revoltosos. 

A continuación algunas de las recomendaciones del post de Irevolution, que en  gran medida aporta algo de astucia y algunos conocimientos sobre redes sociales para enfrentar de la mejor manera la vigilancia gubernamental: Tener dos perfiles de Facebook. Uno de ellos con la foto y el nombre real pero sin ningún tipo de información comprometida. Y otro con un nombre falso y que es el que realmente se va a usar. El primero es por si la persona es detenida: en ese caso, tiene algo creíble y no comprometido para ofrecer en un posible interrogatorio. Sin embargo, y ya que Facebook levanta todas las cuentas con nombre falso o anónimas, el post recomienda usar la red social Crabgrass que es más segura y admite perfiles anónimos. Según se señala en el texto, los activistas en general se pasan a esta red, porque Facebook hace más fácil el trabajo de los gobiernos con su política contraria al anonimato. También se recomienda la utilización de un navegador que no permite reconocer al usuario (Torproject, que oculta la dirección IP). También recuerda que antes de sumarse a cualquier grupo de protesta, siempre es muy importante tener pleno conocimiento de sus organizadores. Tal como ocurrió con los jóvenes de Sudán, la red puede ser una mecánica fácil de los gobiernos para detener a potenciales activistas.

Eugeni Morozov, un joven de Bielorusia que escrió el libro "The net delusion" (La desilusión de Internet) es muy claro: "Antes de la llegada de las redes sociales virtuales, los gobiernos represivos tenían que hacer un gran esfuerzo para averiguar cosas sobre la gente vinculada a los disidentes. Hoy, les basta con conectarse a Facebook". La situación se repite en todas las latitudes: en el marco de esta vigilancia de gobiernos represivos y de poderes varios, cada país genera un riesgo diferente en el uso de Internet. Diferentes artículos exponen algunos ejemplos; en América Latina, en México, los narcos  usan las redes sociales para recopilar información sobre sus víctimas y los neofascistas rusos hacen lo mismo en su país. 

Cabe recordar que hace algún tiempo uno de los inventores de Internet, Tim Berners Lee, predijo algo de lo que ocurre hoy. Dijo que todos los beneficios y las posibilidades que ofrecía Internet podían tener su lado oscuro si los estados lo utilizaban  para intentar vigilar a los ciudadanos: "Los gobiernos totalitarios y democráticos están vigilando los hábitos online de las personas y así ponen en peligro importantes derechos humanos". Para terminar, una declaración de Berners Lee que sintetiza el bien a proteger: "La web es de los usuarios y es un recurso público. Se trata de un órgano vital para la democracia y un canal que hace posible la comunicación en el mundo"   

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