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¿Tienes agotamiento tecnocerebral? |
Por: Sebastián Di Domenica. El fin de año está cerca y todos ya piensan en la playa, las vacaciones, el sol, y la ropa liviana. Pero justamente porque todo el mundo en esta época del año siente mucho cansancio, es el momento indicado para hacer la gran pregunta: ¿Tienes agotamiento tecnocerebral? Y qué es eso, se preguntará usted. El término surge en Estados Unidos como Techno Brain Burnout. Es decir, tecno cerebro quemado. O de otra manera, un cerebro que por las presiones de la tecnología y la vida moderna se estresa, se agota y luego vuelca. |
Los especialistas señalan que el síndrome del agotamiento tecnocerebral se debe al no descanso al que nos lleva la tecnología, las conexiones y los dispositivos móviles que están al alcance de la mano las 24 horas del día. Cualquier ciudadano común puede estar siempre conectado, en permanente estado de alerta y desarrollar varias tareas a la vez o trabajar en diferentes cosas al mismo tiempo. Así, el usuario pasa de la pantalla del celular, a la de la computadora y luego a la de la televisión. A ese exceso de pantallas se suman las redes sociales que lo invitan al hombre promedio a comentar sobre sus actividades e incluso a intentar decir algo interesante o simpático en todo momento. Tanto estímulo visual sumado a la obligación de estar y comentar y a la posibilidad de trabajar en todo momento resume un cóctel peligroso. Y el resultado puede ser un “agotado tecnocerebral”. Ojo, que el tema es muy serio. La persona tecnoagotada al principio se pone irritable, luego se siente fatigada, y más tarde comienza a perder la memoria. Si la situación se extiende en el tiempo, puede caer en depresión, perder el conocimiento o la lucidez.
Hay que besarse más
Aquellos que alertan sobre esta nueva enfermedad del siglo XXI aclaran que el principal antídoto para este mal es el contacto persona a persona. Porque el gran problema que genera el contacto con los dispositivos tecnológicos es la falta de conexión humana. No importa que mis comentarios en Twitter sean leídos por 552 personas. No importa que comente en el Facebook hasta cuando voy al baño y que lea las novedades de 321 amigos. No importa que declare que “me gusta” a 54 actividades o acciones al día. No importa que desde el celular mande 24 SMS diarios y conteste los llamados de mi papá, mi jefe y mi novia. No importa. Al fin y al cabo, siempre estamos en contacto con una pantalla y accediendo a información que nos ofrece un aparato que funciona a baterías o se enchufa en la pared. En síntesis, frente al exceso de tecnología no queda otra que acercarse al ser humano más próximo y hablarle.
Si estoy trabajando solo en la casa, recomiendo salir a la puerta, y si es posible, charlar de temas intrascendentes con el encargado. Si eso no es posible, el plan B sería acercarse al super chino más próximo e intentar conversar con el encargado de la caja sobre algún tema específico (las dificultades con el idioma suman a la terapéutica). Si estamos en el cubículo de la oficina: salir, mirar para todos lados y la primera persona que nos mira, será el indicado para compartir una charla sobre las probabilidades de lluvia. Si esa opción tampoco funciona (ya que toda la oficina es víctima del agotamiento tecnocerebral), entonces solo queda ir a hablar con la recepcionista. Comentarle lo bien que le queda la ropa elegida para el día de la fecha, es siempre una opción bien recibida.
Frente al exceso de trabajo, estirar el cuerpo
Al margen del contacto con otros seres humanos, hay otras recomendaciones efectivas de los especialistas para evitar el “tecnocerebro agotado”, específicamente ante la llamada multitarea. Este término se utiliza para la acción de hacer varias cosas al mismo tiempo. Hay que señalar que la multitarea siempre es negativa ya que provoca estrés, ansiedad, ineficiencia y trastornos en la memoria y en la atención. Sin embargo, para intentar llevarla de la mejor manera, se recomienda establecer una lista de prioridades antes de comenzar a trabajar. A su vez, tomar pequeños recreos de varios minutos cada dos horas. La idea es refrescar los caminos neuronales que generan la multitarea y aliviar la fatiga mental. Pero un punto importante a tener en cuenta es qué actividad realizar en los minutos de recreo. Las recomendaciones de los especialistas son las siguientes: estirar el cuerpo, realizar algunas respiraciones profundas, o practicar alguna técnica de relajación que aporten a la mejora de la salud. Más allá de esas saludables recomendaciones, también se puede optar por la clásica opción del cafecito y charla o la observación de ventana. Cielo, paisaje, árboles, calle o pared. Lo importantes es despejar la mente y sentir que la vida fluye más allá de todo, incluso de la multitarea o del tecnocerebro agotado.
En síntesis, las alternativas son variadas y diversas. Todo sea por evitar el tecno cerebro agotado. Y recuerde, si ninguna de los antídotos funciona, siempre es posible desenchufar todo y salir a caminar por ahí.
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