  Por: Sebastián Di Domenica. Fueron muchas las razones por las que la gente en las últimas vacaciones de invierno decidió quedarse en la casa: la inseguridad, la gripe A, el frío, los transportes que no dan más, la plata que no alcanza y más. El porteño, acostumbrado a disfrutar de las luces y de la gran ciudad, en estos tiempos difíciles se conformó con salir a caminar un poco por el barrio o acercarse a un plaza cercana para mirar el cielo. Pero no mucho más. Gran parte del ocio se vivió de puertas para adentro. Y en ese contexto, para aquellas personas con posibilidad de acceso, Internet fue la elegida. Ni bien comenzó la cuarentena por la gripe A, se recomendó para los niños la lectura de cuentos, el aprendizaje grupal, los juegos de mesa, y las lecciones de materias vía internet. De hecho, según se señaló en los medios, los libros didácticos e infantiles aumentaron sus ventas y los sitios educativos multplicaron sus visitas. ¿Qué pasó con el resto de la gente? ¿Qué se hizo para pasarla bien puertas adentro? Algunas estadísticas sobre la web pueden ayudar a sacar algunas conclusiones.
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