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Por Cicco. ¿No juzgás que, cada año que llega, los inviernos son más tibios e indefinidos, más superficiales y sosos, como candidatura de Massa? ¿No te descubrís comentando ante rueda de amigos, “este frío no es nada, cuando yo era chico, las heladas te sacaban agua de la nariz”? La generación que suma más de 30 sabe de lo que hablo. El frío, esto que hoy llamamos frío y que los noticieros se alarman en mencionar como “sensación térmica bajo cero” es un pan comido. Un día para salir en camisita, pecho al viento. ¿A esto llaman invierno?

 

Aún los expertos debaten si la Argentina pertenece o no la categoría de nación subtropical. Es decir, más inestabilidad, lluvias más devastadoras, inviernos más templados, y disparada del dólar Blue.

En mi caso, que aún no me considero viejo, recuerdo que mamá cada vez que iba a la escuela, me ponía dos pantalones, suéter, polera, saco, y hasta un chalecto de piel. Más bufanda, guantes y, si lo sentía así, me mandaba dos pares de medias. Vivíamos en capital. Y la escuela estaba a cinco cuadras de casa. Aún recuerdo que, con todo eso metido encima, sentía frío. La nariz me dolía. La cara me ardía. Y al llegar, veía a mis compañeros con las mejillas rosadas. Muertos de frío igual que yo. El humo saliendo hasta de las orejas. Eso era helada, viejo. Esto es un invierno trucho, un invierno soso, un invierno de remerita. En fin, no habria ni que llamarlo invierno. Esto es una falta de respeto para semejante estación. Desde el asesino serial, proponemos que al invierno deje de llamárselo como tal: y se extienda el otoño el tiempo que corresponda. Ya nadie cree en el invierno, más allá de la manija que le den en los medios. Le falta temeridad. Le falta compromiso. Le falta, en fin, un poco de frío. Como le decía, ya nadie cree en el invierno, ni siquiera los bichos. Una semana atrás en pleno julio me picó, no es joda, un mosquito. Así es. El muy sángano aprovechó que nos consumimos en el verano todo el Off y los Fuyis y nos atacó con la guardia baja. Se rió de nosotros. Y claro, se rió también del invierno. Otra mentira del gobierno. Otro valor desfasado del Indec. Es raro que aún Lanata no haya hecho una investigación en PPT. Estoy convencido de que debe haber un negociado oculto, un funcionario corrupto que saca clandestinamente el invierno en maletines hacia un paraíso fiscal. Acá hay gato encerrado. Que alguien nos devuelve los grados bajo cero que había 30 años atrás, cuando éramos chicos. Tal vez los hayan vendido a Suiza para expandir las pistas de esquí. Nadie puede saberlo. Queremos nuestro invierno de vuelta. Y para demostrar que no le tememos a esta estación devenida en berreta del año, propongo movilización al congreso para el viernes de la semana próxima: Que nos devuelvan el invierno. En reclamo, marchemos al congreso en zunga.