Por Cicco. No vengan con que ese pelmazo de Adam Sandler es el mejor comediante del momento. Eso es porque el mundo, o al menos acá en el Profundo Sur donde vivimos, aún no ha apreciado del todo a ese grandulón maravilloso llamado Will Ferrell. Acabo de ver su última película “Locos por los votos” y me pongo insistente: no hay nadie como él.
La primera vez que ví una de Will fue en “Old School” donde Will tiene una escena memorable: una borrachera decadente en una fiesta universitaria que termina en, en fin, no voy a contar en qué termina. Ferrell empujó los límites de la comedia, los aplastó con el pie y cambió las reglas de lo que es gracioso y lo que no.
El gran Will tiene un sitio web imperdible: Funy or die, con bloopers de animales, invitados estelares, gente idiota, y él, claro, que es el rey de los idiotas. Y por eso, dijimos lo queremos tanto. Si aún no sabés de qué trata el sitio, te recomiendo este video de Ferrell, un inquilino sin dinero y la dueña de casa que le viene a cobrar.
Los periodistas no saben bien qué hacer con él. En persona, Will es un desastre, un cero a la izquierda. No tiene una vida agitada. Ni divorcios millonarios. Ni una historia de vicios y excesos. Ni frases memorables para inmortalizar en una crónica. La última entrevista que dio en la Rolling Stone, la titularon, a tono con su espíritu: “La hermosa mente vacía de Will Ferrell”. Una y otra vez, el periodista se daba de narices con una vida sosa y aguachenta.
Dice Will allí: “Cuando me encuentro con fans, ellos se preguntan: ‘ ¿Y qué vas a hace ahora? ¡Hacé algo! ?¿Seguro que es él? Pero no hace nada’. Sí, temo que los decepciono terriblemente”
Lo queremos a Will porque sus comedias son tal como es él: un nabo completo. Un ser querible y tierno y aún más nabo. Este mundo está lleno de personas serias que en el fondon son totalmente nabos, así que, entendemos en esta sección, que Will se hace el nabo pero es gente seria y respetuosa.
Tenemos una lista de nuestros films preferidos de Will que vamos a detallar aquí brevemente para no levantar la perdiz:
1 - “Elf el duende”: Ferrell hace de un humano tomado por error entre los duentes de Papá Noel que vuelve del Polo Norte a buscar a su padre biológico. Perlita: Una escena memorable de lucha libre con un enano disfrazado de Santa. Perlita 2: El eructo más largo del cine.
2 – “Más extraño que la ficción”. Will es, sin querer, el protagonista de una novela donde la autora va narrando su vida en voz alta, y lo lleva lentamente a la escena final de su muerte. Un contador rutinario que se enamora y el flechazo revoluciona su vida.
3 – “La leyenda de Ron Burgundy”. Un conductor machista de noticiero ve desbarrancar su carrera y, en su lugar, gana protagonismo una mujer. Will, que también se hizo célebre por sus imitaciones a Bush, saca de la galera uno de sus papeles más explosivos: un misógino al que le importa todo tres joracas.
4 – Kicking & Secreaming. Un técnico de fútbol de niños sacado hace todo para vencer al equipo de su padre. Perlita: Will con sobredosis de cafeína lo expulsan del partido.
Si querés ver más, te recomiendo su discurso de recpeción del premio Mark Twain –lo podés ver en you tube, no voy a adelantarte qué sucede con la estatuilla-.
Y tres pelis más de la videoteca Ferrell:
* “Semi pro”, sobre un equipo de básquet de poca monta.
* “Talladega nights”, un conductor de carreras machote que acaba en un accidente prendido fuego.
* Y “Blades of glory”, un pelmazo que trabaja de patinaje acrobático con otro más pelmazo que él y se transforma en su rival.
Ah, claro y “Locos por los votos”, la última donde Will comparte cartel y se enfrenta en campaña a Zach Galifianakis –el gordito retorcido de “Y qué pasó ayer”, la mejor comedia sobre resacas-. La perlita del film: Ferrell, un candidato desesperado por la relección, es el primer personaje en la historia del cine en volarle el chupete a un bebito de un puñetazo. Y lo que es aún más loco: la escena es la más gracioso que vas a ver en tu vida. Lo queremos a Will. Creo que ya lo hemos dicho.