¡LIBEREN YA A ASSANGE!   
Queremos tanto a Wikileaks

Julian AssangePor: Cicco. Como todo héroe, no le quedaba otro camino a Julian Assange, creador de Wikileaks, que la prisión. Nunca nadie reveló tantos cables confidenciales en un mismo golpe. Nunca. Jamás. Medio planeta se propuso, sin embargo, condenarlo por contar lo que nunca antes había sido revelado. Pero nadie, hasta hoy, se tomó la molestia de leer qué clase de mundo tenía este hombre en mente. Por qué hizo lo que hizo.

“La publicidad mejora la transparencia. Y la transparencia crea una mejor sociedad para todos”. Esta frase no le pertenece a Benjamin Franklin ni a un gurú del mundo publicitario. Es el corazón y parte de la declaración de principios de Wikileaks. Que, por si no lo sabe, fueron reconocidos por Amnesty International por sus reportes.

Assange hizo un trabajo espléndido y ahí están los resultados. Ahora lo acusan de supuestos abusos sexuales, que es la única forma que tuvieron de llevarlo a la Corte. Porque, si es por todo lo otro, está bien cubierto. No es la primera vez que demandan a Assange: ya se enfrentó al Pentágono, al gobierno chino y hasta a los mormones. Y de todas salió en libertad.

Llegó el momento de levantar un reclamo mundial para sacar a este tipo de la cárcel. ¿Por qué? Porque es el periodista más eficaz que ha existido en los últimos tiempos. Nunca ningún periodista se tomó tan en serio su trabajo. El trabajo de Assange son como el caso Watergate multiplicado por mil.

Para empezar Wikileaks –wiki filtraciones, en castellano- no es un medio. No tiene que vender ejemplares. Es una fundación. Y los medios colaboran con él. El sitio de Assange ofrece un sistema moderno de protección de fuentes. Es por eso que muchos confían en él.

Hay que liberar a Assange porque, hasta hoy, todas las  referencias que teníamos sobre la diplomacia eran de las novelas de John Le Carré y las películas de James Bond. Hay que perdonar al australiano de todo cargo, pues hasta  hoy, el mundo vivía a ciegas. Por un lado, la gente. Por otro, el poder. Entre ambos, el muro.

Wikileaks no sólo reveló 251.287 cables diplomáticos del gobierno norteamericano, además, dio publicidad a 391832 reportes de soldados que dan cuenta de las luces y, sobre todo, sombras de la ocupación a Irak. Además, desde sus inicios en el 2007, Wikileaks se tiró en contra –y publicó información vital- del banco suizo más importante del país, de la iglesia de la cienciología, del Pentágono, de la oficina de seguridad del gobierno chino, del primer ministro de Bermuda, de los mormones y de compañías rusas corruptas. Wikileaks reveló escándalos en cumbres climáticas, atropellos en la prisión de Guantánamo. Creó debates mundiales sobre asuntos pocos serios deliberados históricamente a puertas cerradas.

Assange está de su lado. Y que lo encarcelen es nuestra última oportunidad para saber de qué se trata y no quedarnos del otro lado de la puerta.

En verdad, ponerlo tras las rejas, es un acto simbólico. Una forma de mostrar al mundo qué sucede cuando a un mequetrefe se le ocurre infiltrarse en su barrera. Qué  sucede cuando alguien cree que, para vivir mejor, hay que empezar por hablar con franqueza.

Es duro estar en los zapatos del tipo. El banco suizo que recogía las donaciones que sostenían su sitio, cerró su cuenta. Su servidor en Suecia sufrió un atentado informático. Hoy en día, clonó Wikileaks a más de 500 páginas para asegurar que la información llegue a todo el mundo.

Larga vida a este hombre. Y sobre todo, larga vida fuera de prisión para seguir haciendo lo que hace tan bien. Me gusta el mundo que propone. No más secretos de ninguna clase. Llegó  la hora de saber. No importa qué clase de confidencialidad se pretenda. El mundo está cada vez peor. Es el momento para saber dónde la embarra.

Queda mucho trabajo aún por hacer. Se cree que Assange sólo penetró la primera barrera diplomática. Es decir, sólo reveló aquellos documentos de primer orden. Secretos, pero no ultrasecretos. Confidenciales, pero no decisivos. Aún queda toda una pila de documentos guardados bajo cuatro llaves, que el gobierno norteamericano seguirá vigilando celosamente. El corazón de la potencia.

Por si algo le pasa en estos días –un atentado misterioso, un coche bomba, un falso robo donde termina muerto-, Assange tiene listos para difundir miles de documentos extras de los Estados Unidos junto a una serie de información confidencial de otros gobiernos. Si él es hunde, el mundo se hundirá con él.

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