¿ESTÁ BIEN SABERLO TODO?
¡Dejen al Kun Agüero en paz!

SERGIO "KUN" AGÜEROPor: Cicco. Yo, que vivo en un pueblo, sé que la rubia que vive a una cuadra de casa tiene la entrepierna como carpa caída por la tormenta. Sé que el gaucho que vive frente al parque mató a un caballo carísimo de polo con un palo. Sé que el recepcionista de una inmobiliaria mira en Internet fotos de pijas enormes y después va a la iglesia. Sé que un señor sordomudo con retrasos mentales que vive en el centro la tiene del tamaño de un sifón.

No busco saber estas cosas. Simplemente me llegan del mismo modo que, cada mañana, irrumpe la helada y cubre todo de un espléndido blanco.

Lo importante no es cómo se entero uno de esto. Lo importante es qué hace una vez que lo sabe. ¿Lo propaga? Dice, en la cola del super: “Sabés: esa rubia de ahí tiene la vagina como caverna Mesozoica”. O simplemente absorbe el chisme, lo guarda bien adentro y sigue con su vida.

Saber intimidades es una enfermedad pandémica. Se propaga a más velocidad que el estornudo. ¿Está bueno saber que el Kun Agüero engaña a Giannina Maradona, mientras bautizan a su primer hijo Benjamín? ¿Sirve de algo saber si Charly sigue o no tomando? ¿Sirve saber si Oreiro está o no separada de Mollo?

Durante mucho tiempo, yo defendía la idea de saberlo todo. Soy periodista: me pagan por informar. “No, querido”, decía, “hay que saber las cosas al detalle. De lo contrario, significa que hay algo que el personaje quiere esconder”. Pero con los años, descubrí que mucha gente no quiere saber para informarse, comprometerse y seleccionar referentes en un mundo revuelto como omelette, sino para sentir que su propia desgracia se extiende también al mundo de las celebridades. La gente quiere saber para sentirse menos miserable. Aunque sea por un rato.

No asombra la máquina mediática dispuesta para contarlo todo. Lo que asombra es la ola de público que entiende que informarse es parte de un entretenimiento. Esta gente se piensa que todo es Tinelli. No, señores, informarse es informarse. Y entretenerse es otra cosa. Dios santo, que alguien les dé verdadero entretenimiento y que dejen la información en paz en su estado puro.

Yo tengo dos obstáculos que me impiden ser parte del mundo moderno: no me entretiene informarme y no me entretiene ir de compras. No disfruto estas cosas. Encuentro que son simplemente transacciones. Por eso, la información tinellizada me aburre. No me interesa saber si Agüero la pone o no fuera de casa. Esto es su vida. Ya tengo bastante con la mía.

Como no me entretiene informarme, no veo noticieros. Cuando busco actualizarme de algo, leo la edición on line de los diarios. Busco la información que necesito, cierro el periódico, termino el mate y voy a tener sexo con orangutanes. Lo que se dice, verdadero entretenimiento.

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