¿MITO O POSTA?
¿Se termina el dólar?

dólaresPor: Cicco. Toda una vida amarrocando verdes y resulta que, la única balanza que equilibraba su existencia, el único punto fijo en un mundo volátil, la luz en el túnel, amenaza con derrumbarse, en medio del colapso financiero y el endeudamiento de los Estados Unidos, que, más que endeudamiento, parece un entierro. Pero, ¿es que el dólar verdaderamente se acaba? Y, por otra parte, ¿de dónde viene toda esta teoría de que el clásico verde será remplazado por el misterioso Amero?

La paranoia del fin del dólar tiene su origen, como tantas otras cosas, en un videíto en Internet. El video es el siguiente. Dura ocho minutos y medio. Y fue suficiente para provocar la sensación financiera más parecida a tener hormigas rojas en el traste.

Allí se ve a un hombre rapado, de camisita blanca hablando tranquilamente del fin del mundo financiero tal como lo conocemos. Este comentarista habla de la desmonetización del dólar. El caput. El finiquitamiento. El Día D.

El tipo que habla se llama Hal Turner, un periodista que tenía un polémico programa de radio en los Estados Unidos, The Hal Turner Show, hasta que se lo levantaron a mediados del 2008. En el videíto, Turner sugiere que los norteamericanos están endeudados hasta el caracú, que necesitarían pedir prestado prácticamente el 90% de los ahorros del planeta para salir a flote, y que los chinos tienen dos mil millones y medio de dólares metidos en las profundidades de sus arcas dentro un chanchito.

En un momento de la exposición, Turner muestra un círculo de cobre que hace chocar contra la mesa y suena a metal: es un Amero. El Amero, una moneda acuñada por el diseñador Daniel Carr y propuesta como intercambio común entre EE.UU., México y Canadá, fue idea de Herbert G. Grubel, profesor de economía de Vancouver. Fue una idea, pero nunca quedó claro para qué.

¿Fue parte de un tratado a puertas cerradas entre George W. Bush, Paul Martin y Vicente Fox, celebrado en las profundidades de Waco, Texas? ¿El Amero fue la expresión más fiel de una supuesta alianza de seguridad de América del Norte, una suerte de Súper Nafta? Nadie lo sabe. Es todo comidilla de los blogs del mundo.

Por lo pronto, el Amero –en sus diversas formas de plata, cobre y oro- es atesorado por coleccionistas y cotiza hasta los mil dólares. Pero desde la crisis y el video de Turner, la demanda se multiplicó.

Turner afirma que, de un momento a otro, el gobierno de los Estados Unidos obligará a la gente a cambiar sus dólares por Ameros. Será, dice, la estafa más grande de la historia pues, cuando todo caiga, el dólar se lo cambiarán por chirolas. Según el periodista, hay que cambiar en este mismo momento sus dólares por oro o por alguna otra moneda fuerte como la libra.

En medio de la peor crisis de la historia de Norteamérica, el anuncio no suena tan descabellado. Un politólogo de Harvard llamado Jerome Corsi, afirmó que “las negociaciones para la integración monetaria entre los tres países están muy avanzadas”.

Sin embargo, ¿quién es este Hal Turner? ¿Por qué un gordito desconocido arrojó la bomba en un video casero, en lugar de anunciarlo algún medio prestigioso? ¿Es una conspiración secreta tan reservada o Turner está pirado? Tal vez sean ambas cosas al mismo tiempo. Hay una cosa que es segura: Turner es un neo nazi profesional y público. Un loco que difunde el antisemitismo, el racismo y la xenofobia. Un gordo furioso con una máscara de buenos modales que niega el Holocausto y tiene amigos que, si te ven, algo raro te encuentran y te cagan bien a palos.

“No se levantó su programa porque sus investigaciones fueran nada del otro mundo, se levantó porque sus análisis eran básicamente racistas”, comentó una fuente allegada al cuartel de Obama. “El de Turner es un mensaje claro para desestabilizar al futuro gobierno del primer presidente negro del país”.

¿Es de fiar un neonazi que afirma sin titubeos que “los inmigrantes ilegales rompen la ley, entonces la gente como yo deberíamos romper la ley también para bajarlos de un balazo”? 

No sé qué creerá usted, pero, por lo pronto, hasta que no venga alguien medianamente humano, que no haya salido del mismísimo infierno a hacer el anuncio de la crisis del dólar, yo voy a seguir comprando billetes. Lo único que me hace falta, son los pesos suficientes para comprarlos.

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