Por Leni Gonzalez - @LenideEscalada Todos sabemos identificarlas pero vamos a definirlas: Situation comedy o comedia de situación o sitcom es ese tipo de series inventadas por la industria televisiva estadounidense, que duran alrededor de media hora y tratan sobre cuestiones cotidianas (la familia, el trabajo, los vecinos, los amigos) siempre en tono de parodia y comicidad, reforzado por las risas grabadas. Los ejemplos son muchísimos, desde Yo quiero a Lucy a The big bang theory pasando por Seinfeld y Friends. Los mismos personajes se mantienen durante todos los capítulos y si bien vamos conociendo más acerca de ellos, en cada emisión empieza y termina un cuento. Filmado en pocos sets cerrados, en general, livings u oficinas, es una producción barata salvo por sus figuras que gracias a la popularidad del producto pueden llegar a ganar más de un millón de dólares por capítulo como pasó con Charlie Sheen en Two and a half men.
¿Hay y hubo algo parecido en nuestro país? Sí, pero no exactamente igual sino con elementos similares: el sketch del programa humorístico (ya en extinción) y sobre todo, la comedia familiar como, por ejemplo, en los 90, Mi cuñado -con Ricardo Darín y Luis Brandoni, que duraba una hora- o mucho antes y de media hora (está en Google), en los 60 y 70, La nena, con Marilina Ross, y Gorosito y señora, con Santiago Bal, ejemplos que para muchos pueden ser considerados sitcoms aunque nadie así las llamara por entonces.
Sin duda, la más exitosa en nuestro medio fue Casados con hijos, la versión de la sitcom de Sony Married with children, que protagonizaron Guillermo Francella, Florencia Peña, Erica Rivas, Marcelo De Bellis y los hermanos Lopilato en 2005 y 2006. Si bien no funcionó en audiencia al principio, fue en las repeticiones que Telefe gastó y regastó sin complejos que se mantuvo imbatible. No pasó lo mismo con La niñera (versión de The nanny) y mucho menos con Hechizada (Bewitched), ambas con Florencia Peña.
Por la intención, temática y duración, podrían considerarse sitcoms dos comedias realizadas en la Argentina, Jostel y Psiconautas, una emitida hace poco por Canal 7 en la primera tarde, y la otra, actualmente, todas las noches a las 23.30 por TBS, el canal de cable dedicado al humor y la comedia (por ejemplo, emite los capítulos de Peter Capusotto). Grabada en 2013, Jostel fue producida por Plataforma y Manzi Entertainment para la TV Pública (puede verse en la página de Contenidos digitales abiertos, cda.gob.ar). Los libros pertenecen a la actriz y dramaturga Mariana Chaud, quien la protagoniza junto a Paola Barrientos más un elenco de reconocidos actores del off y el experimentado Horacio Peña.
Psiconautas se hizo en 2015 con el respaldo nada menos que de la empresa Turner Latinoamérica (dueña de TBS, entre otras emisoras) y de la argentina Navajo Films, fue escrita por Pablo Fábregas, Alejandro Turner, Darío Fregoli y Lucas Vivo, y cuenta con un elenco tan conocido como prestigioso: Florencia Peña, Gabriel “Puma” Goity, Verónica Llinás, Martín Piroyansky, Luis Ziembrowski, Julieta Zylberberg y el español Guillermo Toledo (Crimen ferpecto).
Todos los ingredientes están en la receta: excelentes actores, guionistas con ideas y ganas de probar, producción seria. En Jostel, unas hermanas que montan un emprendimiento juntas, un hostel para turistas; en Psiconautas, un grupo de terapia en un club de barrio coordinado por un farsante (Toledo) en complicidad con el dueño del bar (Ziembrowski). Muchos frikis pero falla lo fundamental porque no produce efecto, el humor se difumina y nunca llega a cerrar como piña. Poco timing, actuaciones que quedan muy alejados del espectador (quizá, salvo la de Goity, como un acomplejado policía judío y facho) y situaciones que quieren pero no pueden. Solo como hipótesis, hay dos ejes a los que se podría apuntar: tal vez afinar más los guiones al formato; o quizá, apostar al “factor Olmedo o Francella”, elemento diferenciador del actor argentino, esa gran capacidad para la improvisación que en la televisión da frescura y gracia. Pero es apenas una suposición acerca de por qué un muy buen proyecto no termina de funcionar en el muy complejo arte de hacer reír.