En un contexto de creciente digitalización, las denuncias por estafas virtuales han experimentado un incremento significativo en los últimos meses, y reflejan la necesidad de mantener una vigilancia constante en el entorno digital. Los delincuentes informáticos continúan desarrollando métodos cada vez más sofisticados para engañar a usuarios desprevenidos, para aprovechar tanto las nuevas tecnologías como la ingeniería social.
Entre las modalidades más frecuentes se destacan los fraudes relacionados con alquileres temporarios durante la temporada de verano. Los estafadores suelen operar fuera de las plataformas verificadas, creando ofertas tentadoras pero falsas en redes sociales, que terminan resultando en pérdidas económicas significativas para las víctimas que caen en estas trampas.
Las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para los ciberdelincuentes, quienes utilizan principalmente Telegram e Instagram para contactar a potenciales víctimas. Una de las estafas más comunes involucra promesas de ganancias rápidas a través de interacciones en redes sociales, mientras que casos más graves incluyen intentos de sextorsión, donde perfiles falsos buscan obtener imágenes comprometedoras para luego extorsionar a las víctimas.
El phishing bancario continúa siendo una amenaza significativa, con estafadores que envían correos electrónicos fraudulentos solicitando actualización de datos bancarios. Estos mensajes, cada vez mejor elaborados, pueden resultar en el robo de identidad y el vaciamiento de cuentas bancarias. Paralelamente, los hackeos de WhatsApp se han vuelto más frecuentes, con delincuentes que solicitan códigos de verificación bajo diversos pretextos para luego tomar control de las cuentas y contactar a terceros solicitando dinero.
Desconfiar de pedidos o llamados sospechosos
La prevención resulta fundamental, y los expertos recomiendan verificar siempre la legitimidad de los sitios web consultados, prestando especial atención a los certificados de seguridad y las verificaciones oficiales.
Además, sugieren mantener una actitud escéptica y muy desconfiada ante mensajes sospechosos o supuestas llamadas de urgencia de familiares que pueden parecer reales, pero no lo son. En todos los casos evitar proporcionar información personal o dinero, y ante cualquier solicitud de desconocidos siempre llamar para confirmar la veracidad de un pedido (ser desconfiado y confirmar con una llamada nuestra).
Entre los casos más llamativos se encuentran los correos electrónicos que suplantan la identidad de AFIP, utilizando datos filtrados para hacer más creíbles sus intentos de fraude. También se han reportado casos de notificaciones falsas de multas que redirigen a sitios de pago fraudulentos, y estafas relacionadas con la vacunación contra COVID-19 que aprovechan bases de datos filtradas para solicitar códigos de verificación.
La implementación de medidas básicas de seguridad resulta crucial para protegerse de estas amenazas. Entre las recomendaciones más importantes se encuentra la activación de la autenticación de dos pasos en todas las aplicaciones posibles y el mantenimiento de contraseñas fuertes y únicas para cada servicio utilizado.
Los especialistas en ciberseguridad enfatizan que la educación digital continua es fundamental, ya que las modalidades de estafa evolucionan constantemente. La capacidad de identificar potenciales fraudes se ha convertido en una habilidad esencial para navegar de manera segura en el entorno digital actual, donde la prevención y el escepticismo saludable son las mejores herramientas de protección.