Florencia Mazzeo, médica deportóloga y cardióloga, sostiene que el ejercicio físico ya no es una recomendación opcional, sino un tratamiento esencial para preservar la salud. En una entrevista con El Observador 107.9, la especialista destacó que la actividad física actúa como una “polipíldora” capaz de prevenir múltiples enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de las personas, sin importar su edad.
Mazzeo explicó que el ejercicio ha recorrido un largo camino: de ser considerado un pasatiempo o un tema estético, pasó a ocupar un lugar central en la medicina preventiva. Según sus palabras, el movimiento cotidiano —como caminar, subir escaleras o realizar tareas domésticas activas— ya representa una forma válida de actividad física, desmontando la creencia de que ejercitarse implica únicamente asistir al gimnasio.
Una de las principales barreras que identifica en sus pacientes es la falta de tiempo. Sin embargo, asegura que esta excusa puede resolverse si se reevalúan las prioridades y se incorpora el ejercicio como una obligación más dentro de la rutina semanal, al mismo nivel que una cita médica o compromiso laboral. “Lo importante es dejar de estar sedentarios y empezar con lo que sea posible”, subraya.
En ese sentido, recomienda iniciar con actividades sencillas, sostenibles y motivadoras para cada persona. Caminar en compañía, hacer ejercicios básicos en casa o incluso bailar pueden ser el punto de partida. Además, resalta el valor de ejercitarse en grupo, ya que compartir la actividad con otros fomenta la adherencia al hábito, mejora la salud mental y multiplica el bienestar general.
La evaluación física también cumple un rol fundamental en la planificación de un entrenamiento efectivo y seguro. Mazzeo detalla que los profesionales deben analizar la movilidad, fuerza muscular y resistencia cardiovascular, utilizando herramientas como entrevistas clínicas, pruebas funcionales y la ergometría o prueba de esfuerzo.
Sobre la rutina ideal, sostiene que es clave combinar constancia con momentos de alta intensidad. Tres sesiones semanales con actividad de intensidad moderada, intercaladas con entrenamientos cortos pero intensos (como el método HIIT), pueden ofrecer beneficios iguales o superiores a los de largas horas de ejercicio tradicional, especialmente útiles para quienes tienen poco tiempo disponible.
A partir de los 30 años, aconseja comenzar a trabajar la fuerza y la movilidad para prevenir la sarcopenia —la pérdida de masa muscular— que aparece con el envejecimiento. Ejercicios simples como sentadillas, flexiones en la pared o movimientos articulares pueden hacerse en casa sin equipamiento, y resultan claves para mantener la independencia funcional en la adultez.
La entrevista completa con Florencia Mazzeo se puede ver en el canal de YouTube de El Observador 107.9: ver video.
https://youtu.be/g4_tmy4fLWs?si=Lnum78Hw57OF1ME8