Las aplicaciones de citas, que en sus inicios prometían revolucionar la manera en que las personas encontraban pareja, han mutado en algo muy distinto. Lo que comenzó como una herramienta para conectar a individuos y facilitar el amor parece haber tomado un giro comercial, para enfocarse más en maximizar ganancias que en ayudar a sus usuarios a encontrar relaciones estables.

Según detalla un informe del sitio norteamericano Bussines Insider, empresas como Match Group, propietaria de Tinder, Hinge y Match.com, han perfeccionado estrategias que, lejos de acelerar el proceso de encontrar pareja, parecen obstaculizarlo.

Este modelo de negocio tiene como objetivo principal retener a los usuarios el mayor tiempo posible en la plataforma. En lugar de promover conexiones rápidas y genuinas, las aplicaciones de citas parecen alargar el proceso, para así generar más interacciones superficiales que reales, lo que lleva a los usuarios a invertir más tiempo y, sobre todo, dinero.

Según el medio, tácticas como la opción de pagar para que un perfil se destaque entre otros, o la limitación del acceso a perfiles más compatibles, podrían ser algunas de las estrategias que estas plataformas utilizan.

El diseño de las apps no es casual. Las constantes notificaciones, "me gusta" y "matches" inflan el ego y generan una adicción a la plataforma. Sin embargo, a pesar de las interacciones superficiales, conseguir una conexión verdadera se convierte en una tarea cada vez más frustrante, detalla el informe periodístico. El usuario común puede pasar meses sin encontrar una relación estable, a pesar de dedicar horas diarias a estas aplicaciones.

Dinero para el amor

La monetización de estas plataformas va más allá de simples suscripciones. Los usuarios suelen enfrentarse a una constante presión para pagar por funciones premium que, en teoría, deberían incrementar sus probabilidades de éxito. Estas incluyen destacar sus perfiles, acceder a personas que ya los han "likeado" o, en algunos casos, simplemente tener más visibilidad en la plataforma. Cada uno de estos servicios tiene un costo adicional, lo que convierte el proceso de encontrar pareja en una inversión económica considerable, remarca el informe.

El problema radica en que estas plataformas se benefician del fracaso de sus usuarios. Si un usuario encuentra pareja rápidamente, dejará de usar la app y la empresa perderá un cliente. En cambio, si la búsqueda se prolonga, aumenta la posibilidad de que el usuario siga pagando por más funciones. Es un modelo que, paradójicamente, se sostiene en que los usuarios no logren su objetivo inicial de encontrar una relación.

En 2023, según BI, Match Group reportó ganancias millonarias, gran parte de ellas provenientes de la compra de suscripciones y funciones premium por parte de los usuarios.

El descontento entre los usuarios no ha pasado desapercibido. En redes sociales, foros y comunidades, cada vez son más quienes denuncian las prácticas manipuladoras de las apps de citas. Sin embargo, la dependencia creada por estas plataformas, sumada a la falta de alternativas reales, hace que muchas personas sigan invirtiendo tiempo y dinero en ellas, a pesar de las crecientes críticas.

¿Y si volvemos a la vida real para conocer potenciales parejas?

¿Las amistades en común, las conexiones de trabajo o el contacto en la disco y el bar pueden volver a ser las vías para conocer gente?