Un reciente estudio publicado en *Nature Aging* ha identificado dos momentos cruciales en los que el envejecimiento humano se acelera de manera pronunciada. Investigadores de la Universidad de Stanford y la Universidad Tecnológica de Nanyang han concluido que el envejecimiento molecular no ocurre de manera continua, sino que presenta dos ráfagas aceleradas a los 44 y 60 años.
El estudio siguió durante varios años a 108 participantes saludables, observando los cambios en sus moléculas, como el ARN, proteínas y el microbioma. Los investigadores encontraron que estos dos momentos marcan cambios acelerados y no lineales en las moléculas del cuerpo, lo que sugiere que ciertos períodos son especialmente importantes para la salud.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue que la capacidad del cuerpo para metabolizar sustancias como la cafeína y el alcohol disminuye notablemente en torno a los 40 años, y luego de nuevo a los 60. Este declive metabólico se relaciona con problemas de acumulación de grasa y pérdida de masa muscular, condiciones comunes en las personas mayores.
Llegar a los 60
A partir de los 60 años, los riesgos de enfermedades crónicas, como los trastornos cardiovasculares, problemas renales y diabetes tipo 2, aumentan de manera significativa, según el estudio. Los científicos también identificaron marcadores clínicamente útiles que podrían ayudar a mejorar el diagnóstico y la prevención de estas enfermedades.
Uno de los puntos importantes es que, aunque se podría atribuir a la menopausia el envejecimiento acelerado en las mujeres, los investigadores encontraron que este patrón es común en ambos sexos. Esto sugiere que el envejecimiento a partir de los 55 años no es exclusivo de las mujeres, sino un fenómeno general.
El estudio destaca la importancia de hacer ajustes en el estilo de vida, especialmente alrededor de los 40 y 60 años, para mitigar los efectos del envejecimiento acelerado. Los investigadores recomiendan reducir el consumo de alcohol, vigilar la ingesta de carbohidratos y mantenerse hidratado para ayudar a la función renal.
A pesar de sus limitaciones, como el rango de edad limitado de la cohorte estudiada, esta investigación abre nuevas vías para entender el envejecimiento humano. Las implicaciones de estos hallazgos podrían ser fundamentales para desarrollar estrategias de prevención y mejorar la atención médica de la población envejeciente.
Este estudio se suma a investigaciones anteriores que sugieren una tercera ola de envejecimiento a los 75 años, aunque los resultados no fueron confirmados debido al rango de edad de los participantes. Sin embargo, ofrece valiosos datos sobre cómo los humanos envejecen y qué se puede hacer para mejorar la calidad de vida en los años posteriores.