Los microplásticos, definidos como fragmentos de polímeros de entre 5 milímetros y 1 micrómetro, parecen estar invadiendo células y tejidos de órganos principales del cuerpo humano. Y aunque parezca increíble, nuestras tripas comienzan a contener también al plástico, que es un cuerpo extraño y tóxico.

La presencia creciente de microplásticos en el cuerpo humano refleja el impacto generalizado de la contaminación plástica en nuestro entorno y en nuestra salud.

Hasta en el pene

Un estudio reciente publicado en IJIR: Your Sexual Medicine Journal ha revelado un hallazgo alarmante: la presencia de microplásticos en tejidos del pene humano. Esta investigación, liderada por Ranjith Ramasamy de la Universidad de Miami, identificó siete tipos diferentes de microplásticos en cuatro de cinco muestras analizadas, marcando la primera vez que se detectan estas partículas en este órgano específico.

Este descubrimiento se suma a evidencias previas que ya habían detectado su presencia en otros órganos, como el corazón, lo que sugiere una exposición generalizada y potencialmente peligrosa.

Entre los tipos de plásticos encontrados, el tereftalato de polietileno (PET) y el polipropileno (PP) fueron los más prevalentes. Estos materiales son comúnmente utilizados en envases de alimentos y bebidas, lo que podría explicar su presencia en el cuerpo humano. Aunque aún se desconoce si existe una relación directa entre estos microplásticos y condiciones como la disfunción eréctil, los investigadores subrayan la necesidad de estudios más exhaustivos.

El estudio ha generado preocupación en la comunidad científica y médica, instando a lograr una mayor conciencia sobre la presencia de estos cuerpos extraños en los órganos humanos.

Vidrio mejor que plástico

Los expertos recomiendan tomar precauciones para reducir la exposición a microplásticos, como limitar el uso de envases de plástico para agua y alimentos, y optar por alternativas como recipientes de acero inoxidable o vidrio.

Además, se aconseja evitar calentar alimentos o bebidas en recipientes plásticos y no lavar estos materiales en lavavajillas, ya que estas prácticas pueden aumentar la liberación de partículas plásticas. Estas recomendaciones buscan minimizar la ingesta de microplásticos mientras se realizan más investigaciones sobre sus efectos a largo plazo en la salud humana.

Los datos plantean la urgente necesidad de reevaluar nuestro uso de plásticos y buscar alternativas más sostenibles y seguras. Mientras tanto, la comunidad científica continúa investigando para comprender mejor las implicaciones de este fenómeno y desarrollar estrategias para mitigar sus posibles efectos nocivos.