El cuento de hadas que decenas de periodistas repetían hace unos meses y del que se hacían eco los periodistas deportivos, nublaba la mente de millones de argentinas/os, sumergidos en una euforia que se alentaba desde el gobierno. Vivían en una burbuja.

De pronto, una parte de la Argentina danzaba en una fiesta que no tenía pies ni cabeza. La deuda contraída por los macristas era tan parecida a la deuda contraída por los dirigentes de los clubes en la AFA y de unas cuantas federaciones deportivas. El endeudamiento de esa falsa fiesta era advertido sólo por unos pocos: “guarda que esto explota…”

Y explotó.

El país entró en declive, las calles se llenan de mendigos bajo los puentes, autopistas, al amparo de las puertas de los bancos y, entonces, el ajuste tan temido llega hasta los poros.

Así las cosas, la prensa deportiva en general intenta mirar hacia otro lado, generalmente amarillo, como quien escapa de las duras realidades que el señor tormenta nos trajo. Se distrae con las bobas vacaciones de un comentarista como Diego Latorre o malentretiene a los lectores con declaraciones forzadas de un Gallardo que habla de guardia alta cuando no quiere hablar de guardia alta.

Mientras tanto, unos pocos periodistas en serio ponen el ojo en el ajuste deportivo que no es otra cosa que el ajuste general, derramado. Alejandro Wall en Tiempo desmenuza la realidad de los equipos de las provincias que , luego de eliminados los Federales B y C (dejando a unos 500 clubes afuera) ven peligrar miles de puestos de trabajo como expuso Matías Ceballos, capitán de Central Norte, después de jugar ante River por la Copa Argentina. "Lo que hacen con el fútbol del interior es un desastre, sin competencia durante todo el año. Ahora tenemos que esperar hasta enero para volver a jugar".

O las denuncias de Ernesto Rodríguez en la página web La Tinta donde esta semana nos contó que “deportistas de alto rendimiento reclaman que hace más de tres meses que la Secretaría de Deportes no paga las becas correspondientes, en un panorama similar al 2001”.

Algo similar se denunció en Radio con vos, durante el programa El Lobby que conduce Ale Bercovich sobre los recortes en el Enard.

Es la misma Argentina donde la página congelada de la agencia de noticias estatal Telam anuncia, hoy 30 de julio de 2018, que la Selección nacional juega con Nigeria por la Copa del Mundo Rusia 2018, ya que hace más de un mes los trabajadores/as toman la redacción ante la bestialidad de 357 despidos ordenados por Lombardi y Macri. La misma Argentina donde el periodista Flavio Azzaro es despedido de TyC Sports debido a sus críticas a la dirigencia, mientras denuncia que la orden de echarlo vino de Daniel Angelici, el presidente de Boca y lobista de Macri.

No, no. Está claro que no hay alegría en la vida de los argentinos/as en este momento.

Dentro de unos años miraremos hacia atrás y veremos con claridad quién estuvo con el deporte, quien con los derechos humanos vinculados al deporte, quien con las libertades democráticas en la comunicación y quien con la defensa del trabajo periodístico.

Y entonces veremos esas mil caras del ajuste de hoy.

El ajuste que, además, quieren tapar con sus sucias manos.