A la desinfomación abundante que día tras día se apropia de la TV Pública, Radio Nacional y todos los medios que maneja el gobierno, sólo le quedaba como última prueba la transmisión de la final de la Copa del Mundo.

Era el momento de saber si al menos allí, en semejante espectáculo que el pasado domingo verían millones de argentinas/os (el rating marcó promedios de 36 puntos), algo de periodismo asomaría.

Pero no pudo ser. Las ofensas al buen trabajo de una transmisión deportiva de semejante magnitud fueron muchas. El trío oficial se integró con Sebastián El Pollo Vignolo, Enrique Macaya Márquez y Diego Latorre. No había apoyo de ningún tipo por parte de otros periodistas – sea en el piso o en otros lugares de Moscú- confirmando que a quienes dirigen la TV oficialista nada les interesa la información.

Quiso la fortuna que al menos el relator estuviese algo informado sobre los jugadores de Francia y Croacia y que acertara, con ciertos reflejos, a la hora de nombrar a los personajes que mostraba el director de cámaras (Macron, Kolinda Grabar-Kitarovic, la presidenta de Croacia). Pero en el aporte de datos históricos o referencias a Mundiales anteriores, Vignolo nada.

A su lado, un comentarista que da lástima y de quién ya dijimos ha ganado por lejos el campeonato Mundial de “frases hechas”. Macaya no sólo repite lo mismo que decía cuando era la “estrellita” de Canal 13 sino que acompañaba la transmisión diciendo un par de veces “felicitaciones para el relator” porque Vignolo había acertado en marcar las pericias y talentos de Francia en las ejecuciones de pelotas paradas. Él, evidentemente, de esto no había estudiado ni medio.
En algunos momentos del partido se escuchaban cosas como estas de Macaya: “”¿Cuántos jugadores por debajo del nivel habitual? (SIC) “No lo buscan a Mbapé, increíble”

En verdad lo increíble es que nadie le avisó que eran unos cuantos los jugadores de ambos equipos que estaban jugando en niveles superlativos, y que toda la tarde Mbappé fue el jugador más buscado por los franceses.

Latorre no aportó demasiado ( exagera con sus intentos por decir frases extensas y elaboradas convirtiéndolas en pegajosas), pero al menos tuvo la virtud de ser el único de los tres que se preocupó por la censura escandalosa de la TV FIFA cuando ingresaron al campo de juego integrantes de Pussy Riot el grupo anarquista feminista que reclama libertad a los presos políticos en Rusia y el fin de las detenciones arbitrarias en las manifestaciones contra Putin, entre otras cosas. Latorre advirtió “la televisión no enfoca”.

El balance mundialista y su transmisión por la TV pública es desastroso. Algunos jugaban a pelearse y se divertían con imágenes de ingresos a los baños en las habitaciones de los periodistas o las tontas prepoteadas de Ruggeri.

Todo en el marco de un contrato que debe investigarse para saber por qué razón los enviados especiales del canal estatal eran a la vez empleados de una empresa privada y de qué se trata esto de trabajar a la vez para tres medios, al menos, como sucedió con las apariciones que algunos de ellos hicieron en FOX Sports e Infobae. ¿Sabremos alguna vez quién pago los gastos, cuánto cobraban, quién se llevó la mayor parte de los beneficios?

Todo resulta oscuro desde hace mucho en el manejo de los medios públicos, ni que hablar de la masacre laboral en Telam. La transmisión de la final del Mundial confirmó el declive y el triste y angustiante momento que se vive en la Argentina.

Qué bien le vendría al periodismo que toda esta pesadilla algún día llegue a su fin.

Y que ganen los buenos, como ha ganado Francia, el mejor.