En este caso, el esfuerzo no valió la pena.

Con cierta curiosidad se nos ocurrió- sólo un rato - saber qué era de la vida de Fernando Niembro, el hombre que acumulara mala fama en las últimas décadas como emblema del periodismo deportivo a punto tal que sumó a su vida la desfachatez de fundar una “escuela de periodismo” cuya vanidad puso el nombre de Escuela Superior de Ciencias Deportivas. Allí, por ejemplo, se disolvieron las últimas ideas de cronistas deportivos de la talla de Martín Liberman y Sebastián Vignolo. Todo dicho.

Resulta que “Don Niembro”, a quien algo apodó de esta singular manera al estilo de “Don Julio” en la AFA, no renovó el contrato con Radio Belgrano y pegó el salto 2018 a Radio Splendid. Su programa, respetando los formatos menemistas de sus tiempos de oro, se llama “De una con Niembro” y va de 12 a 14.

Quien pretenda realizar el enorme esfuerzo de sintonizar a este personaje se encontrará con:

a.- La fórmula “Niembro habla todo el tiempo”, se repite hasta el hartazgo. Así tenga que salir con un celular de pésima señal desde España. Puede ser, como nos sucedió esta semana, escucharlo sobre los problemas que tendrá Guillermo Barros Schelotto para encontrar un esquema donde Tévez se sienta cómodo. Para lo cual se puede pasar de pensar en un 4-3-3 hasta llegar a un 4-3-2-1 y filosofar cuál Platones de la redonda.

b.- Recorridos por los partidos de verano con reflexiones antiguas y luego reflexiones más antiguas sobre el rendimiento de los equipos, cuál si hubiesen jugado la final de la Copa Mundial de Clubes en los Emiratos Arabes. Aquí viene bien citar al colega de El Gráfico Diego Borinsky cuando hace unas horas escribió: “Se ha llegado a un nivel tan alto de exitismo y necesidad urgente de vender éxitos y fracasos, que cualquier partido preparatorio con una semana de pretemporada encima pasa a ser objeto de sesudos análisis como si se tratara de un partido decisivo de campeonato. Paremos un poco”.

Lamentablemente en el programa de Niembro, no paran.

c.- Invocaciones a la ética y el buen comportamiento. Cuando Niembro critica duramente a los futbolistas que, como Edinson Cavani y Javier Pastore del Paris Saint Germain, llegaron unos días más tarde al inicio de la pre-temporada de su equipo por quedarse un tiempo adicional con sus familias en Uruguay y la Argentina.

Sí, sí. Niembro los destroza vía micrófono señalando su falta de responsabilidad laboral. Faltó decirles “sudacas insolentes”.

Justo él, A quien la Cámara Federal le revocó el sobreseimiento en la causa que investiga el pago de 24 millones de pesos por el Gobierno de la Ciudad a su empresa La Usina Producciones. Allí está acusado de fraude contra la administración pública.

Pero así es el éter ¿vio usted?

En una de esas, en un tiempo más, le dan el Martín Fierro. Como en otras épocas. Tan oscuras como las actuales.