Rodolfo Walsh y su imbatible Carta a la Junta de 1977 reaparece a cada momento. A él, pediremos prestado de la denuncia más valiente y certera del periodismo argentino, aquel término de “propaganda abrumadora” cuando hoy debemos referirnos al silencio y al ocultamiento de estos tiempos en el periodismo deportivo.

Esta semana tres noticias abruman la libertad de expresión, dañan a la política, dañan a la democracia, dañan al deporte.

Un corrupto que durante décadas – junto a decenas de cómplices que el periodismo deportivo no quiere buscar – marcó con millones de dólares el sucio camino del fútbol, resulta ser el personaje más nombrado en las noticias deportivas producto de su nuevo ejercicio de corrupción: abrir la boca para seleccionar a quién señalar como receptor de coimas y a quién proteger.

Se llama Alejandro Burzaco, el CEO de Torneo, la empresa que asociada al Grupo Clarín manejó los destinos del fútbol argentino durante más de 20 años junto a sus abrazados socios del Comité Ejecutivo de la AFA que encabezaba Julio Grondona. El debería estar en la Argentina hablando desde un pabellón carcelario y no desde la comodidad de una prisión domiciliaria de lujo en los Estados Unidos.

Sí; está bueno verlo fingir arrepentimiento. Aunque sospechemos que guarde en sus papeles el listado completo de los nombres de la putrefacción. Pero mejor estaría que alguien en la Argentina, de los muchos fiscales que se pasean por los canales de TV, denunciase a Burzaco y también a los principales jerarcas que permitieron toda esta mezcla de sobornos y evasiones.

Burzaco dice que desde 2005 hasta 2014 pagó coimas en la Argentina y en Sudamérica.

¿Alguien sabe por qué razón los jueces argentinos no investigan los delitos cometidos en el país que ya se conocen desde hace años y que esta semana sólo tuvieron un mínimo de detalles en la escena mediática?

La razón por la cual el periodismo deportivo argentino no profundiza desde siempre estos asuntos (con las excepciones de los pocos periodistas que han sido consecuentes desde el siglo pasado con ello, Gustavo Veiga de Página 12 uno de ellos), son muy simples: el poder económico, el Grupo Clarín, los avisadores, el consabido buen trato con la dirigencia de la mayoría de los clubes, son las razones por la cuales nunca se sabe nada en la Argentina del fútbol, nunca hay dirigentes tras las rejas.

Mauricio Macri y Daniel Angelici, entre otros, formaron parte del Comité Ejecutivo de la AFA, desde 2005 el primero y hasta 2007 y desde 2011 en adelante el segundo.

¿Alguien los citó para indagarlos? ¿O al menos como testigos? ¿Alguien puede creer que en el Comité Ejecutivo que avalaba los contratos con Torneos y Clarín y los derechos de TV nacionales e internacionales ignoraban todo esto?

Y los mencionamos a ellos, más allá de que se debe citar a todos los dirigentes de ese período, porque ambos representan hoy el poder económico y político que maneja la Casa Rosada. Son los Intocables del momento. Aquellos a quienes miles de periodistas temen o se subordinan.

La otra noticia – y relacionada con el punto anterior- es el nuevo despido de Víctor Hugo Morales, curiosamente en la misma semana que la garganta de Burzaco se abriera- Llamativamente en el mismo momento en que más voces se necesitan en este país de silencios, para al menos señalar con nombre y apellido a los jerarcas de la comunicación y de los medios de comunicación que llenan horas hablando de “corrupción K” pero nada dicen del vaciamiento y dinero evadido en miles de millones vía las cuentas de los empresarios ricos y los políticos multimillonarios del macrismo que avalaron la mugre del manejo del fútbol.

Y el tercer punto es el navajazo al deporte que pretende el Gobierno con el recorte del impuesto destinado al ENARD, cuya incertidumbre es tanta como saber el destino de millones de jubilados en la Argentina amarillenta de hoy. ¿Hay alguien en la prensa levantando la voz por los deportistas? ¿O tendremos que quedarnos con la lamentable frase del secretario del Deportes quien en vez de aportar soluciones dice “si le quitan los fondos al Enard me vuelvo a La Pampa”?

Es la “propaganda abrumadora” dirigida desde el Gobierno la que hiere a la Verdad, la que más causa daño a los derechos laborales y sociales pisoteados y escamoteados que se diluyen día a día en la Argentina, conduciéndola a un abismo que traerá las mismas consecuencias de los tiempos peores. En esta semana de tristezas y triunfos de los malvados, es necesario desde esta humilde columna volver a Walsh y pedirle prestada una idea: que sepan que aún si despidieran al último periodista-militante popular, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace sesenta y dos años mueven la resistencia de los de abajo no están desaparecidas, sino agravadas.