Los límites del descalabro verbal en el periodismo deportivo casi no existen. Pero ahora, esa extraña costumbre de sembrar amarillismo y llevar todo hacia la locura, también penetra dentro de las afiebradas mentes de la prensa gráfica.

El diario Perfil ha cometido una de las mayores barbaridades del año: publicó en la sección Metamorfosis, un juego de fotos que transforman al genocida Alfredo Astiz en Lionel Messi, pretendiendo igualar la impunidad de la semana pasada firmada por la mayoría de la Corte Suprema de Macri, con la baja de la pena impuesta por la FIFA al diez de la Selección.

¿No será que se les fue la mano?

Hay que ser ignorante de la vida para formular semejante comparación. Por supuesto nada asombra en muchas de las publicaciones de esa Editorial, muy especialista en anunciar hechos que no ocurren o en retorcer hechos que sí ocurren transformándolos en otros, muy distintos.

El shock que ha causado a la mayoría de la sociedad argentina la política de impunidad que baja desde las altas esferas a fin de liberar asesinos y golpistas, no puede ser objeto de menosprecio llevándolo al punto de equiparación con un tribunal de disciplina de un deporte.

Si quieren hablar de impunidad, los responsables de Perfil podrían dedicar un poco de tiempo a las investigaciones que escasean en el periodismo argentino: identificar a los autores de los mayores crímenes cometidos en esta tierra o encontrar las pistas que conduzcan a la recuperación de un nieto/a apropiado, o descubrir los sitios donde ocultaron miles de cadáveres. Entre ellos los de casi un centenar de deportistas desaparecidos. Por ejemplo, ¿qué tal poner a un novel cronista a indagar dónde llevaron el cuerpo del maratonista Miguel Sánchez? ¿O los rugbiers de La Plata?

Hablar del favor que la FIFA le hizo a Messi, es otra cosa. Nada nos gusta la “justicia privilegiada” para los ricos y famosos. Seguramente cientos de futbolistas o deportistas de escasa consideración periodística y de países alejados de los grandes poderes, jamás lograrán aquello que el lobby AFA ha obtenido. Muy parecida esta maniobra a las impunidades que millonarios y empresarios obtienen de la justicia común. La famosa justicia selectiva que encarcela pobres y permite que el gigantesco delito de saco y corbata permanezca sin castigo. Si alguien tiene dudas, pida alguna vez visitar una cárcel de la Argentina.

En esas cárceles están Astiz y muchos genocidas. Producto de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y las Abuelas.

Las mismas que serán siempre un ejemplo para millones.