Nuestro pesimismo es inalcanzable. En materia de deportes y fútbol en la Argentina. Y en otros asuntos más importantes también.

La reciente elección antidemocrática de la AFA (los socios no votaron en forma directa por culpa de un Estatuto ordenado desde la europea FIFA) puso en la conducción de la calle Viamonte a unos cuantos dirigentes que no tienen otro mérito que haber destrozado casi todo lo que tocaron durante los años de Grondonismo y Post-Grondonismo.

El funcionario estatal Claudio Tapia (vicepresidente del CEAMSE), el dirigente sindical y empresario Hugo Moyano y el operador judicial del macrismo ante la Justicia, Daniel Angelici, todos ellos responsables de los desaguisados de la AFA en los últimos años, son la Alianza con olor a viejo, que ahora tiene la llave y el manejo absoluto del deporte más amado por los argentinos/as. Ellos tres fueron la foto principal de la nueva-vieja conducción que se presentó el jueves pasado y que llevará adelante una de las primeras medidas a tono con todo lo que ocurre en el país: despedir. En este caso despedir al técnico de la Selección Nacional.

Si todo lo que reluce es aquello que están tramando (echar a Bauza y contratar un entrenador que actualmente trabaja en España), no habrán hecho más que hundir más a una institución endeudada, sin importar quien pague los juicios y reclamos que se vendrán. La política de pedir plata, gastar y gastar, tapar agujeros con deuda (si todo esto le suena a cuestiones que se ven por todos lados, no es pura casualidad) no es otra cosa que el eterno funcionamiento de la mayoría de clubes durante al menos los últimos 40 años. Ojalá esta y otras advertencias pongan freno al dislate que se viene.

La mayoría de los periodistas deportivos argentinos decidió sobarle el lomo a la nueva dirigencia en estos cinco días iniciales. Subidos a la ola expulsiva que caracteriza a quienes nos gobiernan casi no hay cronista o comentarista o relator que defienda a un técnico que, resultados al margen, debe seguir. No por caprichos ni por resultados, sino por respeto a los trabajos y porque además ningún entrenador garantiza nada aquí ni en ninguna parte del mundo.

Un ex periodista presidía la semana pasada la Comisión de Selecciones Nacionales (Marcelo Tinelli). Sin embargo, nada dijo para defender a Bauza. Tampoco nadie sabe qué hará Tinelli porque Tinelli de estas cosas no habla.

Hoy el avance de los medios, sin autocrítica alguna sobre el profundo alcahuetismo que los caracterizó en las últimas décadas, apunta otra vez a sacar gente y hacer lobby por candidatos a la Selección que nada le aportarán al juego.

Muy valientes a la hora de ponerse frente al micrófono o la pantalla para gritar contra los jugadores y contra Bauza, pierden toda furia cuando deliran con conspiraciones en función de un chauvinismo insoportable. Ahora se quejan de que a Messi le dieron cuatro fechas porque en la FIFA “no nos quieren”.

Incapaces de leer los reglamentos de Conmebol y FIFA, sería bueno que estudiasen el nuevo estatuto de la AFA y hasta el Reglamento de Transgresiones y Penas de la AFA para saber que se trató de un castigo mínimo* si nos ocupamos de comparar códigos futboleros y sanciones.

Pero así andamos. La misma cantinela, las mismas caras, los mismos personajes.

Si ustedes creen que tocamos fondo, a preparase: ni saben lo que se viene.

* Art. 185º.- Suspensión de tres a doce partidos, al jugador que provoque de palabra o actitud al árbitro, discuta en tono violento, ofenda o insulte, se mofe o burle de palabra, gesto, actitud, ademán equívoco; hacerle ademanes obscenos o injuriosos, manosearlo o tironearlo de la ropa o inferirle cualquier otro agravio.