Opina Deporte

En el mundo de hoy, cuando momentáneamente el problema de las barras y la violencia se ha extinguido gracias a la brutal realidad de la pandemia, no está mal detenerse a pensar en algunas cuestiones que deben formularse para el día del regreso “a la vida como antes”.

Las cosas en este país siempre han sido cuesta arriba. Especialmente cuando desde los gobiernos que intentan ponerse del lado de quienes menos tienen, se hacen algunas cosas bien. El regreso de “Fútbol para Todos”, o se llame como se llame ahora, y aunque al menos se trate de dos partidos por semana, representa un escalón subido, en esa voluminosa trepada que significa otorgar derechos.

Han pasado unos días de su fallecimiento y los medios de comunicación deportivos no han sido justos con Leopoldo Jacinto Luque, el delantero que supo darle más sentido a su vida, sin estancarse en aquellas jornadas de goles, ovaciones, algún dinero ligero y cierta gloria de tribunas.

Los días más tristes de la democracia fueron menemistas. Y también los más tristes para el periodismo y el deportivo en particular.

El justificado enojo de Zinedine Zidane en su última conferencia de prensa puede relacionarse con aquello que les ocurre a miles de deportistas argentinos, cuyos casos, de una u otra manera salieron a luz luego de conocerse el suicidio de Santiago Damian García, el Morro de Godoy Cruz.

A más de uno, o de una, en el periodismo, le inquieta que se haya publicado el contrato de Messi con Barcelona. Se preguntan sobre la violación a un supuesto derecho privado que protegería a los futbolistas para que no se conozcan sus ganancias.

Año nuevo, periodismo viejo. Qué difícil es sacarse los oxidados moldes de encima. A un mes del 2021 ya se puede decir que será un año sin sorpresas en la prensa a la que supuestamente le interesa el deporte.

Este año no habrá premios Olimpia. Pero ya hay vacunas. Y mientras el odio levanta la voz para fomentar estrambóticas campañas antivacunación buscando que el daño del virus se extienda por el mundo, el deporte marcó su rumbo 2020 gracias al empuje de millones de deportistas, entrenadores/as y dirigentes/as (la mayoría anónimos) que hicieron lo imposible para que ninguna actividad se detuviese.

Cuando a esta altura del año las noticias sobre la herencia de Maradona (tema que jamás merecerá el calificativo de noticia ya que es una cuestión de la intimidad de una familia) se publican en algunas páginas deportivas, es cuando más nauseas provoca la realidad de la prensa que dice entender de los deportes.

La especial relación de una porción de la prensa con Caruso Lombardi, tan parecida a la relación con Ruggeri, ha convertido al técnico de Belgrano en el dueño de los títulos y los zócalos de unos cuantos medios de comunicación.