Televisión

realities

Por Adriana Amado - @Lady__AA Estos días la conversación sobre los reality shows la concentró primero “Gran Hermano” y después “Showmatch”, y a esos dos programas apuntó toda la crítica para beneficio de la expectativa que siempre generan. Pero hay que reconocer que si de mostrar la Argentina descarnada se trata, mucho mérito están haciendo otros dos programas de realidad que se las traen. Con competidores mucho más agresivos que cualquier pelea que se pueda haber visto en la casa más famosa de la televisión. Con comentarios mucho más machistas que lo que puede hacer el conductor más famoso de la Argentina. Que esos rasgos hayan pasado desapercibidos en todas las semanas que llevan al aire confirma que agresividad y machismo forma parte de nuestro paisaje cotidiano.

ESPERANZA MÍA

Por Adriana Amado - @Lady__AA La televisión suele usar el recurso clásico de esconder a los personajes aquello que el espectador ve. El juego consiste en ver cómo se oculta a los otros lo que la audiencia percibe y cuánto tardan en darse cuenta los protagonistas. La comedia “Esperanza mía” (Canal 13, 21 horas) elige una variante que se vuelve difícil de sobrellevar: el engaño está a la vista de los personajes, se les refriega en la cara sin disimulo pero no hay caso. Nadie se da por enterado. La comedia cuenta las desventuras de una jovencita desfachatada que se refugia en un convento huyendo de alguna picardía. Lo extraño no es que nadie haga demasiada cuestión por su irrupción en el convento sino que la chica apenas si necesita usar el hábito azul para que todo el mundo compre que es monja, sin tener la necesidad de sacarse las pestañas postizas ni el delineado egipcio ni las plataformas punk.

TV PUBLICIDAD PÚBLICO

Por Adriana Amado - @Lady__AA Estas semanas leí y escuché demasiadas cosas de “House of cards”. Hay que reconocer que esta serie ha sido el mejor aviso que encontró Netflix para promocionar sus servicios. El lanzamiento posicionó a ese proveedor rápidamente y con cada nueva temporada ponen a rodar la expectativa para aumentar las suscripciones. Con el ardid publicitario las series exclusivas que ya usaban canales de cable como HBO, el operador se vende desde un producto estrella que sostiene todos los otros, quizás tan o más interesantes pero sí menos atractivos como anzuelo.

tres novelas

Por Adriana Amado - @Lady__AA Los destinos de los programas de televisión son insondables. Por estos días, muchos se andan preguntando por qué una novela turca de 2007, un culebrón que de tan clásico parece anticuado, resultó el hit del verano 2015. El éxito no es tan difícil de explicar si se entiende que justamente por clásico es algo conocido que, si además se presenta en un nuevo envase, tiene altas probabilidades de que nos guste a todos.

programas tv

Por Adriana Amado - @Lady__AA Para los que todavía no se convencen de que la tele no refleja la vida pero es su espejo, la pantalla que tienen los ricos puede ilustrar esta aparente contradicción. La televisión no es reflejo porque si lo fuera hubiera incluido en las ficciones los ricos de la Argentina de hoy, esa nueva burguesía de burócratas que viven en Puerto Madero o tienen ahí sucursales secretas de las reparticiones públicas. Pero no están y justamente esta omisión (o su polémica inclusión en algunas noticias) refleja el clima de época, que no se anima a ficcionar, y menos a caricaturizar, los ricos del momento. Están demasiado cerca del poder.

mi mama cocina mejor que la tuya - cocineros argentinos

Por Adriana Amado - @Lady__AA Hubo una época en que la tele enseñaba a cocinar manjares que no solían prepararse en las casas. Por los años setenta, Julia Child enseñaba a la amas de casas estadounidenses los secretos de la cocina francesa y doña Petrona mostraba a las argentinas cómo hacer un banquete en cualquier cocina suburbana. En los noventa la cocina televisada dejó de ser una cosa de mujeres: aparecieron los cocineros para convocar a los señores con pretensión de chef de entrecasa. Por estos años, en que el furor lo hacen los amateurs de “Master Chef”, los cocineros profesionales bajaron sus ínfulas y ahora enseñan a cocinar huevos duros por TV.

juegos en la TV

Por Adriana Amado - @Lady__AA En la época en que todas las respuestas están en Google el éxito de la temporada son los programas de preguntas. En su versión digital, el juego “Preguntados” se ha convertido en la novedad de las redes y en un invento argentino de proyección mundial, que la tele incorporó en el programa de Susana Giménez, diva pionera en la timba televisiva y madrina oficial de casinos. Mientras en las redes se juega por el desafío colectivo a contestar lo que no contestábamos en la escuela, en la televisión la promesa para el ganador asciende a diez millones de pesos. Diez veces más que el premio máximo del éxito anterior de Susana, “El juego del millón” (Telefé). Con pequeñas variantes, el esquema se repite en todos los programas: una pregunta con opciones de respuesta que ayudan a achicar el margen del papelón. Las opciones abarcan desde “¿Cuántos son los locos de la novela de Roberto Arlt? Cuatro-cinco-siete-nueve” o “¿Cómo se llaman los personajes amarillos que aparecen en la película “Mi villano favorito”? Minions-onions-yellowis-ewoks”. (Las preguntas son, más o menos, las que se hicieron esta semana en la programación).

pantalla 2014

Por Adriana Amado - @Lady__AA La tele últimamente hace un esfuerzo para mostrar las clases populares. Para compensar el lugar de marginalidad que les suelen reservar los medios (nunca faltan cuando se trata de crímenes, mal vivir, violencia), ahora se ven muchos avisos de pobres felices con sus asignaciones sociales, con sus computadoras con logo oficial, con su jubilación mínima. En las noticias se ven pobres agitando banderas al paso de la autoridad, pobres mirando fuegos artificiales en alguna de las tantas efemérides patrias, pobres organizándose empeñosamente en sus barriadas, pobres mostrando ejemplarmente su emprendedorismo social. Las ficciones hacen un esfuerzo para mostrar a los pobres pero honrados, como mandaba Perón para las películas de los cincuenta. Se impulsa el día de los valores villeros desde despachos de funcionarios devenidos en grandes contribuyentes como síntesis de ese pobrismo que se concibe y edita en el Hollywood de Palermo.

avenida brasil

Por Adriana Amado - @Lady__AA La televisión suele ser juzgada por sus peores pecados. Se lleva mucho eso de pensar que la televisión masiva es de la peor calaña y que la de calidad es una incomprendida por el gran público. Por eso cuando se da la magia de que la mejor televisión arrasa con las audiencias hay que recordarle a los detractores del medio y a los productores que la berretizan que televisión es Avenida Brasil. Lo demás son malos intentos que no le llegan a la suela de la Havaiana. Para los que creían que solo en Netflix o HBO se encontraban los exponentes de la tercera edad de oro de la televisión, resultó que Rede Globo produjo uno de los mejores y lo lanzó a la televisión abierta de todo el mundo.

AVENIDA BRASIL VS CAMINO AL AMOR Y SHOWMATCH

Por Adriana Amado - @Lady__AA Nos dieron a elegir y elegimos. La pusieron en un horario malo, en verano y a media tarde, cuando estaba más para estar a la sombra que mirando el televisor y no importó. La carita de esa nena condenada a un basurero por haber querido salvar a su padre de la codicia de la madrastra mala hizo que valiera la pena perder el último sol de la tarde. Después, tuvimos que padecer los comentarios innecesarios de la tía Virginia acerca de lo bueno que era Tifón y lo mala que era Carmina. Pero no importó, porque el capítulo duraba lo suficiente como para pasar el mal trago. A esa altura ya estábamos embalados con Avenida Brasil. Ya en el último tramo, entendieron que como nos gustaba tanto la telenovela podían hacer con nosotros lo que quisieran y en lugar de premiar a los televidentes que le concedimos a Telefé un rating que nunca había tenido a la tarde, la cambiaron de horario. Y lo que fue aun peor, acortaron obscenamente los capítulos. Tampoco importó, porque a esa altura ya queríamos saber cómo terminaba.