escuchas afa la cornisa

Por Pablo Llonto. ¿Cuántas escuchas más tendremos que percibir los periodistas deportivos en la Argentina para que centenares de investigaciones se inicien a lo largo y ancho del país? Por segunda semana el programa La Cornisa da a conocer parte de las grabaciones de conversaciones indecentes que la Justicia Federal posee en una causa (investigación de triangulaciones en los pases de futbolistas) y sus anexos de prueba. Pero uno se pregunta ¿es que no hay en todas las redacciones periodistas dispuestos a seguir tirando el hilo de aquello que ya se conoce en las noches del domingo?

 

El mal momento que atraviesa el periodismo de investigación en la Argentina, con varios de sus “famosos” exponentes dedicados a publicar cualquier cosa con el fin de cuestionar al gobierno (el más claro ejemplo fue la denuncia de supuestas cuentas en el exterior de Máximo Kirchner y Nilda Garré por parte de Daniel Santoro en Clarín) desnuda que somos incapaces de producir una serie de notas que profundicen los hechos que se dan a conocer en los ámbitos privados donde la corrupción y las ilegalidades son cuestiones cotidianas.

Grondona perpetúa el enorme daño que le causó al fútbol aún desde su tumba. Nada nuevo. El país entero sabía que la AFA despedía olor a podrido desde hace décadas, pero el gran sostén del periodismo de mayor rating y ventas (Macaya Márquez-Marcelo Araujo-Fernando Niembro-El Grupo Clarín-Torneos y Competencias-TyC Sports-El Gráfico) consumó la protección adecuada para que nadie tocase a Grondona y sus Comités Ejecutivos.

Esa cobertura empezó a caer desde la firma del contrato de Fútbol para Todos. Desde entonces, el Grupo Clarín les retiró un veinticinco por ciento de la custodia periodística que le proporcionaba a la AFA y sus entornos, pero se resistió a investigar.

Durante muchos años, sólo un cuarteto de periodistas, Ezequiel Fernández Moore, Gustavo Veiga y Gustavo Grabia (casos de barrabravas) y Víctor Hugo Morales se destacaban por advertir, tirar las orejas, y realizar grandes o pequeñas investigaciones para advertirnos que en el fútbol argentino no había lugar donde se pisara y salpicara la mugre.

Tiempo después unos pocos medios tomaron la delantera, radio Continental, Un Caño, La Nación, y algunos periodistas de Olé y trataron de mostrarnos que las moscas y las ratas deambulaban como en casa por la calle Viamonte y no sólo en las oficinas del grondonismo.

Ahora que a la FIFA y a la Conmebol se les cayó el telón y que a la AFA le aparecen nuevas pruebas con las grabaciones dadas a conocer en La Cornisa, sólo queda esperar, como siempre, que los jóvenes periodistas se animen a investigar.

Arbitrajes, dopings, balances, elecciones, incentivaciones, arreglos, desastres económicos, mantenimiento de los barras, contratos de publicidad y TV. Miren si hay temas. De cada escucha exhibida, salen 10 investigaciones.

Pero hay un estilo adormecido que nos preocupa. El estilo de no investigar. Ese estilo periodístico de los medios hegemónicos que se preocupan más por la novia sueca de Maxi López (ver Olé del domingo) que por la realidad de cada club, de cada dirigencia. Es hora de que podamos saber hasta la médula qué pasa con cada negocio. El estado hizo bien en destinar millones de pesos a los clubes, pero la plata tiene que llegar íntegra a los clubes para beneficio de todos los deportes, no para que unos pocos vivos se lleven la plata con transferencias y comercios paralelos del fútbol profesional.

Mientras tanto, las escuchas pasan, el periodismo no investiga, el seleccionado argentino de Hockey sale campeón del mundo y el espacio dedicado es el mínimo, y la vida se nos va, con Grondona riéndose desde su multifácetico y fantasmagórico celular.