ginobili y scola

Por Pablo Llonto. Hay malos ejemplos. Y hay buenos ejemplos. El básquetbol nos ha dado cita con ambos casos. Al deporte, a los deportistas, a los dirigentes y a los periodistas.

El mal ejemplo dirigencial, una réplica del modelo AFA y casi-casi una réplica del modelo directivo deportivo argentino, provincial y local, constituye la causa principal del abismo por el cual desbarrancan la inmensa mayoría de clubes en el país. Las excepciones confirman la regla, pero una visita por la mayoría de clubes (grandes, medianos y chicos) de la Argentina nos pondrá en situación. Escasa democracia participativa, manejo presidencialista, escaso control del manejo de fondos, privatización de servicios, achique de servicios y despegue del rol social con los barrios o comunidades en que se asientan las instituciones. Por supuesto, no olvidamos la existencia del dirigente ventajero, viajante, sacador de chapa.

El buen ejemplo de los deportistas. Que, aunque tarde, al fin llega. Hartos del descontrol, después de verlo ante sus narices, reacciona de la buena manera: exigir cambios, transformaciones y de ser posible revoluciones que pongan las cosas en su lugar. Mucho más que una auditoría hace falta en el básquetbol argentino.

La voz de Scola en la última conferencia de prensa del seleccionado sonó a grito desesperado de los sin voz, los jugadores y empleados nada famosos, pero que forman parte de la base que sostiene la punta de la pirámide de brillantes que el periodismo destaca, elogia y mira con exclusividad. “ El reclamo es por los 200 mil federados del básquetbol, por los empleados, por las agencias a las que se le deben, por las lavanderías. Los desmanejos en la Confederación no son nuevos. Nos cerraron la puerta todo el tiempo, no nos escucharon nunca. No cambió nada, solamente el puesto del presidente", dijo Scola refiriéndose a la gestión del ex presidente de la Confederación Germán Vaccaro, reemplazado por Daniel Zanni el 8 de julio.
El periodismo deportivo tiene una enorme cuota de responsabilidad al mirar para otro lado en los tiempos de bonanza en los medalleros o en los Mundiales. Como suele suceder con el fútbol, las Copas y los Mundiales desvían la atención.

“AFA rica, clubes pobres”, no sólo es un slogan para el fútbol, es un slogan para la mayoría de federaciones, confederaciones y asociaciones que no entendieron ni parecen entender la función social de los clubes.

¿Para cuándo la verdadera democracia en las federaciones? ¿Para cuándo la participación masiva de todos los sectores, especialmente los deportistas, y el voto directo de los asociados?

A veces, la casi solitaria voz de Gonzalo Bonadeo, escribiendo algún artículo con ciertas entrelíneas que denuncian corrupción, malvivientes y malhechores (muchas veces sin nombre y apellido para proteger a las fuentes), permiten creer que un periodismo deportivo crítico de los dirigentes es posible.

La Argentina, campeón mundial

Culminada la Copa del Mundo 2014 se sabía que retornábamos a la realidad periodística. Si durante junio y julio la vista apuntó a Brasil ignorando al resto de la argentinidad deportiva, ahora la concentración mediática se coloca en sintonía semiexclusiva con todos los campeonatos de fútbol profesional habidos y por haber.

Pero allá abajo, muy cerca de las entrañas deportivas, un título mundial reciente mantiene la esperanza de que alguien preste atención y que la democracia informativa se concrete, atendiendo de vez en cuando a los más humildes. Con mayoría de jóvenes entrerrianos, la selección juvenil argentina de Softbol se coronó campeona mundial por segunda vez. Recibidos hace pocos días en Paraná como corresponde, arriba de un carro de bomberos y con el aplauso de un pueblo agradecido, los chicos permanecen ignorados por los grandes medios nacionales, especialmente los noticieros privados de la TV, muy ocupada en los vericuetos de una tal Wanda Nara y un tal Icardi o en las desoladoras mesas de Mirtha y su nieta.

Ojalá el buen ejemplo de la rebelión de jugadores de básquetbol incendie un poco nuestra pradera. La dirigencial deportiva y la del periodismo. Para que crezca nuevo pasto, más verde, más honesto, más democrático.